Consensos y medidas que apuntan a reformar políticas emblemáticas de los gobierno del PT serían objetivos clave.
La votación que determinará el futuro de la suspendida Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, presenta números preliminares muy contundentes en contra de las expectativas de la mandataria de volver al poder.
Según el diario O Globo, la moción para destituirla necesita dos tercios del Senado, vale decir, le falta apenas un voto para alcanzar los 54 que se requieren para determinar la destitución según lo establece la Constitución. La publicación sostiene que 53 senadores votarán a favor de la destitución, mientras que 18 se opondrán y 10 no han opinado.
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Sin embargo, la contundencia de los pronósticos a favor del impeachment se convierte en incertidumbre de cara a lo que tendrá que enfrentar el Presidente interino Michel Temer si debe asumir la presidencia de Brasil.
Sumido en una de las peores crisis de su historia, Brasil deberá sortear larga lista de desafíos económicos, políticos, sociales y hasta judiciales en los dos años que faltan para que se complete el mandato por el cual fue elegida Rousseff.
Con una popularidad cercana al 13% y cuestionado por la forma como llegó al poder, Temer deberá lograr consensos con una base cuyo principal foco de unión, en muchos casos, era sacar a Dilma del poder.
Para salir de la crisis, se prevé que se evaluarán políticas emblemáticas del PT como Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida, entre otras. El país debe restaurar el equilibrio macroeconómico y revertir las cifras negativas tras casi dos años de recesión, como el desplome del 3,8% del PIB en 2015, además de 11,3% de desempleados en junio y una inflación de 8,74%.