Los resultados prometedores que muestran las diversas vacunas contra el COVID-19 no implican que deba acelerarse la aprobación definitiva de su uso.
El Político
En la comunidad científica existe preocupación por la posible influencia de la política en el asunto. Temen que se autorice, con ligereza, y sin cumplir todos los protocolos, algún tipo de inmunización contra el coronavirus.
Los estudios clínicos de varias vacunas contra el COVID-19 como la de Jhonson y Jhonson o la elaborada por Pfizer han mostrado resultados contundentes. Son positivos en torno a la respuesta inmune del organismo ante el coronavirus.
No obstante, es necesario que las vacunas aprueben los ensayos de seguridad y eso requiere de plazos más largos y del cumplimiento de estrictas normas.
Vacuna contra el COVID-19 en año electoral
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le imprime prisa al tema de la vacuna anti coronavirus. Ha llegado a decir que espera que esté lista antes de las elecciones norteamericanas, en noviembre del año en curso. Esta es solo una de las presiones en la carrera por la vacuna, según CNN.
Los laboratorios farmacéuticos intentan calmar un poco las angustias. Por eso muestran que, si bien trabajan contra reloj, están cumpliendo todos los protocolos que las inmunizaciones requieren.
Sin embargo, persisten las dudas acerca de las reacciones adversas y los pocos detalles que se conocen sobre ellas, según Infobae.
Los datos sobre los ensayos de fase III, publicados recientemente por Moderna, AstraZeneca y Pfizer buscan dar una imagen de transparencia.
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