Luego de 16 años en la cancillería alemana, Ángela Merkel entregó el mando a su sucesor. Se retira con una impecable labor al frente de la nación germana que la despide entre aplausos y muestras de admiración y respeto.
El Político
Pasearse por la pléyade de figuras que han ocupado la Cancillería alemana, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, es llenarse de admiración por los nombres allí mencionados: Konrad Adenauer, Ludwig Erhard, Kurt Georg Kiesinger, Willy Brandt, Helmut Schmidt, Helmut Kohl, Gerhard Schröder y Angela Merkel.
Merkel… mujer excepcional
Nacida en Hamburgo el 17 de julio de 1954, e hija de un pastor luterano, la carrera política de Ángela Merkel, puede decirse que comenzó con la caída del muro de Berlín. Porque entonces se afilió a Despertar Democrático (DA). Un pequeño partido puesto en marcha a finales de octubre en Leipzig, la ciudad motor de la revolución cívica, por círculos contestatarios de las iglesias protestantes.
En agosto de 1990, se integró a la Unión Cristiano Demócrata, del canciller Helmut Kohl. Conocido como el artífice de la reunificación alemana.
Una vez convertida en militante de la CDU, Merkel se abrió paso con rapidez en su organización interna. Merkel ganó su primer escaño en la Bundestag, o la Cámara Baja, en las elecciones parlamentarias de diciembre de ese año.
Desde allí hasta la Cancillería, donde estuvo desde 2005, apenas nueve días menos que su mentor Helmut Kohl.
El resumen de su labor es excepcional por cuanto entre otras dificultades le tocó enfrentar la pandemia del coronavirus, que tanto afectó a Alemania.
Quizás la mejor descripción de ella la hizo el expresidente norteamericano Barack Obama. Una dirigente "fiable, honesta, intelectualmente precisa" y una "bella persona”.
La “canciller de teflón”, que parece inmune a los problemas, es un animal político tan particular como terrible, y muchos de sus adversarios la subestimaron.
Sholz el sucesor de Merkel
El socialdemócrata Olaf Scholz es el noveno canciller de Alemania desde la posguerra y en el primero sin confesión religiosa. Tras su elección en el Bundestag, Scholz juró el cargo sin pedir para su ejercicio la "ayuda de Dios" sino la "fuerza del pueblo".
Sus palabras al recibir el nombramiento no pudieron ser más cargadas de respeto y admiración.
«Mi querida canciller, le agradezco su trabajo durante los últimos 16 años. Creo que puedo decir en nombre de todos que ha sido un gran tiempo para Alemania y que ha logrado usted mucho en tantos y tantos retos que se presentaron, en tantas crisis, una tras otra. Algunas las hemos vivido muy de cerca en el gabinete y especialmente la crisis de la pandemia que nos ha marcado a todos».
Ante tanta admiración y respeto, Ángela Merkel le respondió:
"Señor canciller Scholz, querido Olaf, sé que llega a este trabajo con gran motivación. Ocupe esta casa, trabaje desde aquí por el bien de nuestro país, eso es lo que espero y le deseo lo mejor".
Un nuevo comienzo para Alemania
Al confirmar la elección el jefe del Estado Frank-Walter Steinmeier, le señaló:
"Tienen una sólida mayoría parlamentaria para proceder a todas las reformas anunciadas manteniendo siempre la calma social, pues los cambios despiertan esperanzas para unos e inseguridades para otros".
Scholz le respondió con la promesa de "un nuevo comienzo" para Alemania.
Por lo pronto tiene la inmensa tarea de suplir a un fenómeno de capacidad y trabajo como fue o lo es, Ángela Merkel.
Fuente: Agencias