El debut en la dirección del actor Raúl Arévalo se llevó hoy el Goya a la mejor película por "Tarde para la ira", aunque la más premiada de la edición fue "Un monstruo viene a verme", de J.A.Bayona, en una noche que tuvo el toque argentino de "El ciudadano ilustre", mejor película iberoamericana.
Por Alicia García de Francisco/EFE
La 31 edición de los Goya del cine español no deparó muchas sorpresas y los galardones se los repartieron las dos grandes favoritas, el thriller "Tarde para la ira", que se llevó cuatro, y la fantasía de "Un monstruo viene a verme", que acabó con nueve de las 12 nominaciones con las que partía.
El filme de Bayona era el más nominado de la noche y se llevó casi todos los premios a los que optaba, incluido el de mejor director, pero le faltó la guinda del pastel, el Goya a mejor película, el premio gordo de la noche, que fue para el debutante Arévalo.
La seca mirada de Arévalo sobre la violencia y la marginalidad se alzó además con los Goyas al mejor actor de reparto, para Manolo Solo, y mejor guión original, para Arévalo y David Pulido.
Un "sueño cumplido", afirmó Arévalo, que tardó ocho años en poder sacar adelante su película y que esta noche logró un hito solo alcanzado en otras tres ocasiones, que una primera película triunfe en la categoría principal.
Además, a su triunfo en los Goya se une el que "Tarde para la ira" haya sido la elegida de la Academia de cine español para los premios Ariel del cine mexicano.
Por su parte la cinta de Bayona, se alzó con los Goya a mejor director, fotografía, maquillaje y peluquería, dirección artística, dirección de producción, efectos especiales, música original, sonido y montaje con una película que fue la más taquillera del año pasado en España.
Aunque sin duda lo más destacado de la noche fue el doble premio para Emma Suárez, que se llevó los Goya a mejor actriz protagonista -por "Julieta", de Pedro Almodóvar- y mejor actriz de reparto -por "La próxima piel", de Isaki Lacuesta e Isa Campos-.
Un doblete que solo había conseguido hasta ahora en la historia de los Goya la actriz Verónica Forqué en la edición de 1988.
Tanto Suárez como Roberto Álamo, que conquistó el Goya al mejor actor protagonista por su policía torrencial de "Que Dios nos perdone", el thriller policiaco de Rodrigo Sorogoyen, resaltaron que solo un ocho por ciento de actores puede vivir de su oficio.
En la parte internacional, la francesa "Elle" se llevó el premio a mejor película europea y los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn el Goya a la mejor película iberoamericana por "El ciudadano ilustre", estrenada en la Mostra de Venecia y que cerró hoy un triunfal recorrido con el premio español.
Protagonizada por un brillante Oscar Martínez, la historia de un Premio Nobel de Literatura que regresa a su pueblo natal tras 30 años de ausencia, hizo buenos los pronósticos y se impuso a "Desde allá" (Venezuela), "Anna" (Colombia) y "Las elegidas" (México).
Un galardón que es "espectacular para nosotros y para nuestros proyectos", reconocieron los directores, que aseguraron que el Goya "te da una visibilidad, te pone en una cierta categoría y eso facilita gestionar las nuevas películas que tienes en la cabeza".
Es el tercer año consecutivo con triunfo argentino en esta categoría tras los de "Relatos salvajes", de Damián Szifrón, y "El clan", de Pablo Trapero.
Iberoamérica tuvo también protagonismo en la gala de los Goya con el premio al mejor documental, que recayó en "Frágil equilibrio", articulado en torno a una entrevista con el expresidente de Uruguay José Mújica.
"Este Goya pertenece a Jose Mujica. Gracias Pepe por arrojar luz en estos tiempos de oscuridad", dijo el director de la película, el español Guillermo García López, al recoger el premio a esta historia que cuenta tres historias humanas rodadas en Nador (Marruecos), Tokio y Madrid.
También pertenece, agregó García, a "todos los inmigrantes que siguen perdiendo las vidas cuando tratan de cruzar las fronteras. ¡Basta ya de levantar muros entre las fronteras!".
En la alfombra previa a la gala hubo igualmente espacio para la reivindicación. Una de las protagonistas inesperadas fue la actriz Cuca Escribano con una pañoleta que llevaba escrita la frase "más personajes femeninos", una llamada a la que se unieron actrices como Bárbara Lennie, Carmen Machi o Ana Belén en su discurso de recogida del Goya de Honor.
La gala, celebrada en el Marriott Hotel Auditorium de Madrid, consiguió ser más corta que las de años anteriores, en parte gracias a la ayuda de la Film Symphony Orchestra, que además de poner música, invitaba a los ganadores a acortar sus discursos.
EFE