Superada ya las sorpresa del resultado electoral en Estados Unidos, muy distinto a lo que pronosticaban las encuestas, la Asociación Americana para la Investigación de Opinión Pública (AAPOR) decidió investigar por qué se equivocaron esta vez, con la intención de determinar si la industria puede seguir generando confianza. De hecho formaron un comité para estudiar el caso de estas elecciones, presidido por Courtney Kennedy, Director del centro de investigaciones Pew, el cual dará sus informe final en el próximo mes de mayo.
Por Luisiana Ríos P./ El político
Andrew Mercer, del centro de investigaciones Pew, dijo que hay varios factores que contribuyeron a que las encuestas se equivocaran, dando como ganadora de la contienda electoral a Hillary Clinton. Por ejemplo, unos tímidos simpatizantes de Donald Trump, la participación de los votantes, una contienda reñida y ausencia de suficientes encuestas. Todos estos elementos serán investigados en el comité creado por AAPOR.
Mercer refirió además, que muchos pronósticos se alejaron de la realidad, porque había una extensa variedad de metodologías para hablar de las tendencias electorales e informarlas en los medios de comunicación tradicionales y en otros no convencionales. También dijo que, el hecho de no tener respuestas de un sector clave para Donald Trump como los menos educados, impidió que pudieran contabilizarlos en las encuestas.
Larry Sabato, profesor de la Universidad de Virginia, mencionó sobre este tema que “uno de los problemas es que los sondeos basaron su muestreo en el electorado tal como estuvo compuesto en la elección anterior. De esa forma, simplemente desestimaron el número de electores de Trump, demasiado tímidos o hábiles en eludir a los encuestadores”, menciona Sábato.
Otro error parece ser la manera en cómo los encuestadora identifican los posibles votantes. "Debido a que no podemos saber de antemano quién va a votar, los encuestadores desarrollan modelos que predicen quién va a votar y qué aspecto tendrá el electorado el día de las elecciones. Esta es una tarea notoriamente difícil, y pequeñas diferencias en los supuestos, pueden producir diferencias considerables en las predicciones electorales", dijo Andrew Mercer.
Algunos también han sugerido que muchos de los que fueron encuestados, dijo Mercer, simplemente no eran honestos con respecto a quienes tenían la intención de votar. "Los llamados tímidos Trumpers no estaban dispuestos a admitir su apoyo al candidato republicano frente a los encuestadores". Una encuesta en línea, explicó el investigador de Pew, pudiese haber encontrado personas menos propensas a mentir sobre su candidato.
También Patrick Murray, director del Instituto de Encuestas de la Universidad de Monmouth, añadió que "uno de los mayores problemas que las encuestas enfrentan hoy en día, es que la gente no quiere participar en ellas".
Javier Restrepo, director de la Unidad de Estudios de Opinión de la encuestadora IPSOS en Colombia, dijo que también los sentimientos jugaron un papel importante en esta elección. Muchos especialistas coinciden que había a la hora de votar, un alto grado de resentimiento a las élites políticas, económicas y culturales, donde Trump contaba con una alto apoyo. “Es muy difícil medir emociones y a través de las encuestas es aún más complicado porque estábamos utilizando el modelo clásico de medición de intención de voto, que busca identificar la decisión racional que la gente toma y evidentemente esta no es una decisión racional”, señaló Restrepo
Para el centro de investigaciones Pew, las encuestas, ofrecen una voz a todos y ayuda a expresar las necesidades y deseos del público Por eso están en la búsqueda de la explicación de lo que pasó el pasado 8 de noviembre, para restaurar la credibilidad de las encuestas.