Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte no han hecho sino aumentar en los últimos días. Varias razones. El silencio de Pyongyang en torno al soldado estadounidense Travis King y, ahora, el envío a Busan, Corea del Sur, de un submarino capaz de disparar misiles balísticos nucleares avivó el conflicto.
El Político
Corea del Norte reprochó la visita del submarino y la calificó como una agresión por parte de Washington. En respuesta, lanzó dos misiles balísticos de corto alcance al mar del este. Esta acción fue catalogada por Corea del Sur como una “gran provocación”.
Es la primera vez en décadas que un submarino con armas nucleares sale a la superficie en Corea del Sur. Los funcionarios estadounidenses dijeron que fue una acción necesaria para mostrar su capacidad militar en defensa de sus aliados. Los norteamericanos aseguran que forma parte de su política de “disuasión extendida".
El envío del submarino se produce en momentos en los que el gobierno de Biden está solicitando información sobre Travis King, el soldado que cruzó la frontera en la zona desmilitarizada el martes. Hasta el momento se desconoce dónde se encuentra el militar y cuál es su estado de salud.
La respuesta de Corea del Norte ha sido el silencio.
Aunque se desconocen las razones por las que King ingresó a territorio norcoreano, una cosa sí es segura: pocos lugares son tan hostiles para un norteamericano como Corea del Norte. Washington no tiene relaciones diplomáticas con el país asiático, gobernado por el dictador Kim Jong-un, el último miembro de una dinastía que se remonta a la fundación del Estado norcoreano en 1948. Así que las gestiones para la liberación de King pudieran ser sumamente complicadas.