Tras la victoria de Recep Tayyip Erdogan en Turquía, muchos se preguntan si el presidente reelecto será capaz de manejar el timón del país otros cinco años.
El Político
Lo cierto es que Erdogan seguirá gobernando cinco años más aunque en medio de una profunda crisis económica y una fuerte polarización social y política.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Turquía era aún más reñida que la primera, pero el resultado fue nítido: un 52% para el titular del cargo, un 48% para el aspirante, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroğlu.
Hubo alguna alusión amarga a la injusticia de la campaña, con toda la maquinaria del Estado puesta a disposición del presidente para difundir su promesa de hacer Turquía "grande de nuevo" y tildar a sus adversarios de peligrosos terroristas, pero el resultado es que esta campaña funcionó y las urnas hablaron.
Vale destacar que el sistema electoral de Turquía es sólido y cuenta con una colaboración ciudadana amplia de seguimiento y observación, que disminuye el riesgo de fraude.
“The only winner today is Türkiye” https://t.co/Y3se83pndJ pic.twitter.com/NCXbTsREsG
— Presidency of the Republic of Türkiye (@trpresidency) May 28, 2023
Panorama general
El jefe de Estado subió a un autobús en el barrio donde reside y vota, el de Üsküdar en Estambul, y empezó a arengar a sus seguidores.
Repartiendo pullas contra Kiliçdaroglu, contra el partido socialdemócrata CHP, contra "los homosexuales que infiltran los partidos" de la oposición e intentan, supuestamente, destrozar los valores de la familia. Un mitin en toda regla, con el objetivo marcado:
"Tenemos delante 2024. Me entienden, ¿no? ¿Están preparados para ganar Estambul en las elecciones locales de 2024? No vamos a parar: ¡seguiremos trabajando!".
Estambul es una espina clavada en el corazón de Erdogan. Fue en esta ciudad en la que empezó su meteórica carrera política y que lo eligió alcalde en 1994.
Desde entonces, el bastón ha estado siempre en manos de partidos islamistas… hasta marzo de 2019, cuando ganó por 13.000 votos el socialdemócrata Ekrem Imamoglu.
Erdogan, de 69 años, que llegó al poder en 2003, inicialmente como primer ministro, ofreció una visión de mayor desarrollo y prometió extender las mejoras realizadas por su gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (Partido AK).
El líder más antiguo de Turquía, miembro de la OTAN, fue puesto a prueba como nunca antes en lo que se consideró ampliamente como la elección más trascendental del país en sus 100 años de historia como república post-otomana.
President Erdoğan casts his vote at Saffet Çebi Middle School in Istanbul https://t.co/wvqWt0obyr pic.twitter.com/9RHmhzXa6S
— Presidency of the Republic of Türkiye (@trpresidency) May 28, 2023
¿Por qué es importante?
Erdoğan se convirtió en el líder más duradero de Turquía, y su reelección tendrá profundas implicaciones para Turquía y para el resto del mundo.
Ha intentado ejercer el poder turco en la región y fuera de ella, aplicando una política exterior no alineada y asertiva. Cree en un mundo multipolar, con Turquía como potencia entre otras.
También ha reorientado Ankara lejos de Occidente, pero sin abandonarlo del todo, utilizando su influencia para equilibrar las relaciones de Turquía, pero también para enfrentar a sus competidores de forma que beneficie a los intereses de Turquía (y del propio Erdoğan).
Algunas analistas sostienen que Erdoğan ve estas elecciones como una oportunidad para que Occidente restablezca las relaciones con él, según sus condiciones.
En contexto
Erdogan ganó en todas las ciudades del norte de Turquía con más del 60 por ciento en cada ciudad, en Bayburt incluso con más del 82 por ciento.
También obtuvo un triunfo en casi todas las ciudades del centro de Turquía, excepto en Eskişehir y Ankara. Por su parte, Kılıçdaroğlu ganó en la mayoría de las ciudades costeras desde Çanakkale hasta Adana.
En las ciudades kurdas el resultado fue mixto y ambos candidatos ganaron en diferentes partes. Mientras que Erdogan volvió a ganar las ciudades más centrales y sureñas de la región kurda como Kahramanmaraş, Şanlıurfa y Elazığ, Kılıçdaroğlu prevaleció en las ciudades del este y en Dersim (Provincia de Tunceli) con una clara mayoría en casi todas las ciudades.
El opositor Kemal Kiliçdaroglu había aglutinado tras él a buena parte de la oposición en una suerte de Frente Popular que iba desde formaciones kurdas y la oposición de izquierda como el HDP y TİP, hasta corrientes fuertemente nacionalistas a las que el candidato les prometió la deportación masiva de millones de refugiados.
El resultado electoral muestra el fracaso absoluto de este armado políitco y de la oposición de izquierda que desde la primera vuelta había renunciado a ir con un candidato propio, para apoyar a Kiliçdaroglu.
Eso significa que es mejor derrochar el dinero comprando lo que sea que dejarlo en el banco. Lo cual mantiene en marcha las fábricas y fomenta el empleo.
Aparte de que, por supuesto, la débil lira hace que los productos made in Turkey sean muy competitivos en el mercado mundial y las exportaciones hayan crecido como nunca.
El resultado parecía casi inevitable
El resultado parecía casi inevitable después de que Erdoğan liderara la primera vuelta de las elecciones, a pesar de una oposición bastante unida que prometía restaurar la democracia turca y reparar los lazos con Occidente.
Su oponente, Kemal Kilicdaroglu , formó una poderosa coalición que agrupó a los antiguos aliados desencantados de Erdogan con nacionalistas seculares y conservadores religiosos.
Pero no fue una lucha completamente justa. Erdoğan controla en gran medida los medios de comunicación y los recursos del Estado, y ejerció esas palancas antes de las elecciones.
¿Qué se puede esperar?
Erdogan mantendrá su política bonapartista y contará para ello también con el apoyo de los países europeos que miran a un costado con tal de que respete el acuerdo migratorio que impide que millones de refugiados llegues a sus países.
Sin embargo, es de esperar que esta contradicción entre la necesidad de mantener una políitca de "mano dura", en el marco de las elecciones más reñidas en los 20 años que lleva en el poder, y una profunda polarización política y social, lleve a una mayor resistencia en el próximo período.
La necesidad de seguir expandiendo este poder —y de retomar en marzo Estambul— puede ser lo que acabe socavando definitivamente el respaldo del presidente.
Porque la campaña electoral indefinida que Erdogan lleva a cabo desde hace años, en la que siempre hay unas elecciones en el horizonte después de ganar las elecciones, es extremamente cara. No para el partido, porque no paga el partido.
Paga el Estado. Se canaliza el dinero público hacia un ciclo económico deficiente en el que el dinero pierde valor continuamente.
Los tipos de interés están fijados en el 8,5 por ciento. La inflación superior al 40%, por lo que toda lira que entre en su cuenta bancaria debe gastarse de inmediato, porque los intereses que puede recibir por un depósito a plazo fijo no van a compensar la disminución de su valor en ese plazo.