Hace pocos días se cumplieron 531 años de aquel nefasto decreto de expulsión de los judíos de España firmado por los Reyes Católicos un 31 de marzo de 1492.
Miguel Truzman Tamsot/El Político
La conversión forzosa al cristianismo aunado a la salida de cientos de miles de familias judías de la Península Ibérica, supuso para España una pérdida importante de capacidades y desarrollo en diferente áreas del quehacer humano.
La Gloriosa
España ha tratado de reparar desde finales del siglo XIX con la constitución llamada popularmente “La Gloriosa” y la declaración del Jefe de Gobierno de 1868 el General Prim quien expreso que “los judíos son libres de entrar en nuestro país y ejercer libremente su culto”.
Ya para la década del 20, específicamente en 1924, en plena dictadura de Miguel Primo de Rivera, se emite un decreto aprobado por el Directorio Militar donde se otorgaba la nacionalidad española por carta de naturaleza a los sefardíes de origen español, que se encontraban en países protegidos por España, tal como pasaba con miles de familias como la mía, cuyos abuelos y/o padres nacieron en países como Marruecos que se encontraban bajo el protectorado español.
Ese decreto militar de Primo de Rivera, fue utilizado por otro dictador español Francisco Franco quien la desempolvo para proteger a los judíos sefardíes de la garra del nazismo en Europa a partir de 1943.
También en otros países como en la Francia ocupada como en diferentes países de Europa, el más notable Bulgaria, en donde las embajadas sirvieron de oficinas de emisión de cartas de naturaleza para miles de familias que lograron salvarse de la terrible solución final al problema judío aplicada a partir de 1942, luego de la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de ese año, en donde se aprobó en definitiva la matanza industrializada de los judíos europeos, poniendo en funcionamiento los campos de la muerte como: Auschwitz, Treblinka, Sobibor, Chelmno, Belzec, entre otros.
Embajadas como refugio
El hecho cierto, es que las embajadas españolas en Europa sirvieron algunas como refugio y otras como oficinas de trámite de cartas de naturaleza para los judíos sefardíes, que a pesar del tiempo transcurrido desde aquella nefasta expulsión de sus antepasados, nunca perdieron el amor y vínculos con el sefarad, con sus costumbres, cánticos y rezos.
Todas estas normas, decretos y resoluciones fueron a su vez recogidas en la novísima Ley 12/2015 que entro en vigencia en octubre de ese año, y por un lapso de 3, que se prorrogo por uno más, con el objeto de conceder la ciudadanía española a las personas judías y no judías que pudieran demostrar bien su genealogía judía sefardita o inclusive que pudieran demostrar que su apellido era de origen sefardí.
Si bien es cierto, que la Ley cumplió su cometido desde octubre de 2015 hasta el primer semestre de 2020, hay que decir que la llegada al poder del PSOE y el liderazgo del Sr. Pedro Sánchez en coalición para esa fecha con el Partido Podemos y la figura de Pablo Iglesias, impacto negativamente la aplicación de la Ley tal como está redactada.
También en su espíritu, propósito y razón de ser, filtrada bajo una interpretación muy restrictiva, en donde a pesar de que los miles de solicitantes, estimo en unos 150.000 cantidad muy inferior a la esperada por los legisladores.
50.000 solicitudes en espera
Pero a pesar de eso más de 50.000 se encuentran en espera de la resolución de sus solicitudes, habiendo cumplido con los requerimientos establecidos en la Ley, es decir, tener un certificado de origen sefardí expedido por el país de nacimiento y/o residencia, un estudio que ampara dicho certificado, que haya demostrado vínculos con España, haber pagado las tasas arancelarias correspondientes, salido apto en la prueba Cervantes de conocimiento de la cultura, geografía y Leyes Españolas, amén de haber viajado a España para firmar el Acta de Notoriedad ante el Notario Público facultado para revisar los recaudos consignados y en caso positivo, citar al interesado para tal fin.
Es el caso de miles de personas alrededor del mundo, y más en Venezuela desde donde escribo estas líneas, que siguen esperando con expectativas positivas que les sea otorgada la ciudadanía española, a pesar de que muchos expedientes datan desde 2019 -2020, es decir ha transcurrido en muchos casos 4 años, tiempo más que suficiente para la resolución de las solicitudes que se encuentran en status de “tramitación”.
Sr. Pedro Sánchez, al igual que hicieron sus predecesores en momentos realmente complejos en donde inclusive en el periodo de Francisco Franco se actuó a espaldas de las afinidades ideológicas con el fascismo de Hitler y Mussolini, para proteger a los sefardíes, actue en esa dirección, tome cartas en el asunto, gire instrucciones para aligerar en la forma más expedita los miles de expedientes represados en el Ministerio de Justicia en su Dirección de Seguridad Jurídica y Fe Publica.
Conclusión
Haga buena la letra de la Ley y el espíritu que la nutre, que no es más que acoger de nuevo a todas esas miles de familias sefardíes que a pesar de todas las circunstancias adversas (pandemia desde marzo 2020, crisis económica, etc.), han podido sobrepasarlas con mucho esfuerzo y dedicación para obtener una ciudadanía que les fue ofrecida y que acogieron con el mayor de los entusiasmos.
Esperamos que en lo que resta de este 2023 se hagan buenas estas líneas y podamos ver de nuevo, miles de rostros sonrientes y llenos de esperanza por un futuro mejor para sus hijos y nietos.
@migueltruzman
@miguel_truzman_tamsot