Ucrania podría ver frenado su progreso en el campo de batalla ante Rusia por las dificultades que tienen Estados Unidos y Europa para suministrar la gran cantidad de municiones que necesitan.
El Político
Tanto EE.UU. como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no se prepararon adecuadamente para la posibilidad de una guerra terrestre prolongada en Europa tras décadas de relativa paz, revelaron fuentes a CNN.
¿No hay municiones en EE.UU.?
Funcionarios estadounidenses recalcaron que existe un nivel fijo de municiones en los arsenales de Estados Unidos, esencialmente una reserva de emergencia, de la que el ejército no está dispuesto a desprenderse. Los niveles de esos arsenales están clasificados.
Pero las autoridades afirman que Estados Unidos se ha acercado a esa línea roja al seguir suministrando a Ucrania munición de 155 mm, el estándar de la OTAN utilizado para los proyectiles de artillería.
Estados Unidos comenzó a aumentar la producción de munición el año pasado, cuando quedó claro que la guerra se prolongaría mucho más de lo previsto. Pero la munición todavía tardará "años" en producirse en masa a niveles aceptables, dijo el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan.
Más armamento a Ucrania
EE.UU. decidió enviar bombas de racimo a Ucrania para ayudar a paliar una posible escasez mientras tanto, proporcionando a Kyiv un suministro de armas estadounidenses que no se ha utilizado hasta ahora.
Pero dado que las bombas de racimo pueden suponer un riesgo a largo plazo para la población civil, su transferencia a Ucrania solo pretende ser una medida provisional hasta que puedan producirse más cartuchos unitarios, según las autoridades.
Ante esta situación el escaso suministro de munición de artillería sirvió de llamada de atención a la OTAN.
¿Por qué es importante?
Hasta la fecha, Estados Unidos ha suministrado a Ucrania más de 2 millones de cartuchos de artillería de 155 mm, según el Pentágono.
El Departamento de Defensa se ha fijado el objetivo de producir 70.000 proyectiles de artillería al mes, y ahora está produciendo algo menos de 30.000 proyectiles mensuales, según un portavoz del Ejército, frente a los aproximadamente 15.000 mensuales cuando comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022.
"Este es un combate intensivo de artillería", dijo el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin. "Hemos visto emplearse grandes cantidades de artillería a ambos lados de la valla. Y eso pone a prueba el suministro internacional de municiones, municiones de artillería".
Preocupación de EE.UU.
En las últimas semanas, las autoridades estadounidenses estaban tan preocupadas por la capacidad de reabastecimiento de Ucrania que el presidente de EE.UU., Joe Biden, decidió enviar a Kyiv unas bombas de racimo muy controvertidas.
La medida era políticamente delicada y corría el riesgo de alienar a los aliados europeos, muchos de los cuales han prohibido estas municiones por el riesgo que suponen para la población civil.
Sin embargo, era necesaria debido a lo reducidas que son las reservas estadounidenses, declaró Sullivan.
Al tomar posesión de su cargo, el gobierno de Biden "descubrió que las existencias totales de 155 municiones… eran relativamente bajas", dijo.
Más problemas en Ucrania
Pero otro problema con el que se ha topado la OTAN es el de incentivar a los contratistas para que aumenten sustancialmente la producción de suministros que los gobiernos no han comprado en masa en los últimos años, concretamente los proyectiles de artillería de 155 mm, según declaró un alto funcionario de la OTAN.
Los compromisos financieros de Estados Unidos y Europa han contribuido a aliviar algunas de esas preocupaciones.
En el marco de una iniciativa de la Unión Europea denominada Ley de Apoyo a la Producción de Municiones, los dirigentes de la UE llegaron la semana pasada a un acuerdo para destinar 500 millones de euros a subvencionar a los fabricantes europeos de armas. Ese acuerdo permite modificar los acuerdos existentes en torno a la producción de municiones.