Como parte de su estrategia comunicacional de resguardo, Joe Biden, vuelve a rechazar la histórica entrevista presidencial en víspera del Super Bowl.
El Político
La decisión de Joe Biden de abstenerse de participar en la tradicional entrevista, representa el segundo año consecutivo en que el presidente rechaza la oportunidad de dirigirse directamente a la audiencia en vivo más grande del país.
En medio de polémicas por su "incapacidad mental", Biden reafirma las teorías de los votantes y políticos de que no posee la capacidad ni seguridad para hacer cara al publico norteamericano.
Los asesores de Biden justifican esta decisión argumentando que buscan darle al público un respiro de la política durante el gran evento deportivo, además de considerar que el valor de la entrevista ha disminuido con el tiempo, convirtiéndose en un asunto más centrado en la política que en una oportunidad mediática lúdica.
Esta postura se alinea con una estrategia más amplia de Biden, que consiste en depender menos de los medios tradicionales para difundir su mensaje y explorar medios alternativos para llegar al pueblo estadounidense, como TikTok, YouTube y podcasts.
Sin embargo, esta estrategia ha sido criticada por alejar a Biden del escrutinio de la prensa tradicional y evitar confrontaciones difíciles con periodistas.
Algunos analistas consideran que esta estrategia de evitar entrevistas y conferencias de prensa podría resultar contraproducente, alimentando la percepción de que el presidente está evitando enfrentarse a situaciones desafiantes. Aunque esta postura puede protegerlo de errores públicos y críticas virales, también puede reforzar la narrativa de que está evitando el debate.
En última instancia, el tiempo dirá si la estrategia de Biden es efectiva desde el punto de vista político.
Mientras que sus asesores confían en su enfoque más innovador y diversificado, otros permanecen escépticos sobre su capacidad para evitar el escrutinio de la prensa tradicional sin alienar a los votantes que valoran la transparencia y la rendición de cuentas.
La decisión de rechazar la entrevista del Super Bowl es solo un aspecto de la compleja estrategia de comunicación del presidente Biden, que continuará siendo objeto de debate y análisis en el futuro próximo.