En el contexto de una persecución religiosa generalizada en Nicaragua, el sacerdote Enrique Martínez Gambo se convirtió en el undécimo religioso católico en ser detenido la tarde del 13 de octubre.
El Político
La policía irrumpió en la casa de los familiares del presbítero, ubicada en Managua, donde él vivía.
Esta nueva detención muestra la escalada de represión del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica, crítica con la dictadura nicaraguense.
Fuentes de la Iglesia aseguran que fue trasladado a la temida prisión de El Chipote, centro de torturas y malos tratos de presos políticos.
Sin embargo, hasta ahora la Policía Nacional no ha informado sobre su detención ni mucho menos de qué lo van a acusar, reseña El País.
“Fue secuestrado el sacerdote párroco de la parroquia Santa Martha, Managua. El padre Enrique Martínez. Los sacerdotes y la Iglesia Católica exigimos la liberación y el cese de la persecución contra la Iglesia y el clero. Justicia, libertad y democracia”.
Así lo tuiteó el cura Uriel Vallejos, quien se exilió a finales de agosto pasado, después cuatro días de cerco en su parroquia, la Divina Misericordia, en el departamento norteño de Matagalpa, reportó ElPais.
El 30 de mayo de 2018, al final de la marcha de las madres, el padre Enrique Martínez alzó su voz profética y habló por toda Nicaragua. Ayer jueves 13 de octubre, el sacerdote y ex capellán de La Salle Managua, fue secuestrado por la Policía. Dónde lo tienen? Exijamos su libertad https://t.co/U2qhpY7p1o
— Carlos F Chamorro (@cefeche) October 14, 2022
La detención del cura Martínez Gamboa se suma al régimen de casa por cárcel que el régimen Ortega-Murillo le impuso desde hace 60 días al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, la máxima figura que el catolicismo tiene como preso político hasta ahora.
El día se ayer a la 5:00 pm, fue secuestrado el Sacerdote Párroco de la Parroquia Santa Martha, Managua. El Padre Enrique Martínez G.
Los Sacerdotes y la Iglesia Católica, exígimos la liberación y el cese de la persecusión contra la Iglesia y el clero.
Justicia,libertad y Democ! pic.twitter.com/EnkgboF0DS— Pbro Uriel Vallejos (@pbrourielv) October 14, 2022
¿Qué dice la vicepresidenta Murillo?
La vicepresidenta Murillo dijo que el clérigo cometió “crímenes de lesa espiritualidad” y por eso fue sacado de madrugada y con violencia de la curia, donde estuvo quince días secuestrado policialmente y sobreviviendo de la despensa.
Posteriormente, la Fiscalía abrió una investigación en su contra por “intentar organizar grupos violentos y ejecutar actos de odio en contra de la población”.
Junto a monseñor Álvarez fueron arrestados cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo que lo acompañaban en su encierro.
“Ley de Ciberdelitos”
La jueza Nalia Úbeda Obando, del Juzgado Quinto de Distrito Penal de Audiencias de Managua, abrió un proceso contra ellos bajo una acusación de “traición a la patria” y “propagación de noticias falsas”, es decir la “Ley de Ciberdelitos”, una de las mordazas que usa el régimen contra todo aquel que lo critique.
Otros dos párrocos, Manuel García Rodríguez y Leonardo Urbina, ya han sido condenados.
El primero a dos años de prisión por una supuesta amenaza con armas contra cinco simpatizantes sandinistas en la ciudad de Nandaime y también a dos años y ocho meses por “lesiones psicológicas y lesiones físicas” contra Martha Candelaria Rivas Hernández, quien después de la condena del religioso desmintió el delito achacado por la Fiscalía.
La mujer luego fue procesada por “falso testimonio”. El segundo condenado a 30 años es monseñor Leonardo Urbina por los supuestos delitos de abuso sexual y violación a una adolescente.
#Nicaragua Católicos de Santa Lucía, Ciudad Darío, participaron en la misa en la calle ante impedimento policial de ingresar al templo. El sacerdote Sebastián López, pidió a Dios fortaleza ante estos momentos difíciles. Régimen escala persecución a iglesia católica⤵️ pic.twitter.com/j14rBV4lOT
— 100%NOTICIAS (@100noticiasni) August 16, 2022
El estado policial también ha boicoteado procesiones y actividades católicas
El estado policial también ha boicoteado procesiones y actividades católicas, al punto que los dos patrones de la ciudad de Masaya, una de las más golpeadas por la represión paramilitar en 2018, les impusieron una especie de “iglesia por cárcel”, ya que prohibieron a los feligreses celebrarlas a mediados de septiembre.
Tanto en Matagalpa y Masaya los templos son vigilados por policías y civiles afines al régimen.
A pesar de la embestida, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha sido timorata en responder.
El 20 de agosto fue la única ocasión que el órgano colegiado católico expresó su acercamiento y “profundo dolor” por la situación de monseñor Álvarez.
Un mes después el papa Francisco confirmó que había un diálogo con Nicaragua, pero hasta ahora el régimen ha dinamitado todos los puentes tendidos por la comunidad internacional, desde El Vaticano, pasando por el Gobierno de Gustavo Petro, la Unión Europea y los mismos Estados Unidos.
“No hubo el apoyo que se esperaba de parte de los obispos, ninguno fue beligerante y sólido con monseñor Álvarez”, reclama un feligrés de Matagalpa que fue entrevistado en Nicaragua por el medio Divergentes.
“Pareja asesina”
Luego de la detención de Enrique Martínez Gamboa, en redes sociales circuló un video del religioso, grabado el 30 de mayo de 2018, un día funesto para Nicaragua: policías y paramilitares masacraron la marcha llamada Madre de Todas las Marchas, dejando ocho muertos en Managua y 11 en los departamentos. En esa ocasión, el sacerdote llamó “pareja asesina” a Ortega y Murillo.
“Los nicaragüenses somos mayoría y tenemos corazón limpio, no las manos manchadas de sangre como otros. No se acobarden, no se acobarden, no se acobarden. Viva Nicaragua, vivan las madres de los caídos del 19 [de abril], vivan los médicos y los periodistas decentes. Fuera la pareja asesina, fuera los miserables asesinos”, gritó el sacerdote a la multitud aterrorizada por los disparos letales de las fuerzas gubernamentales.
La persecución ha provocado además una huida sin precedentes de religiosos. Al menos 60 personas, entre sacerdotes, diáconos, seminaristas y monjas han abandonado o han sido expulsados por el régimen.
La contabilidad la lleva el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y asegura que al menos treinta religiosos decidieron exiliarse para proteger “su vida e integridad”.
Con este arresto arbitrario se eleva a 11 los sacerdotes privados de su libertad, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez, quien tiene 72 días ilegalmente en “resguardo domiciliar”, continúa la persecución religiosa contra la iglesia católica por parte del régimen Ortega Murillo pic.twitter.com/JFglMqr8KI
— Colectivo de Derechos Humanos "Nicaragua Nunca +" (@ColectivoNunca) October 15, 2022
Escala represiva del régimen
La persecución contra monseñor Álvarez es la imagen más visible de la última escalada represiva del régimen contra los religiosos católicos. Monseñor José Leonardo Urbina y el padre Manuel Salvador García fueron los dos primeros sacerdotes encarcelados por el régimen por delitos comunes. El régimen impidió que ambos fueran representados por sus abogados de confianza.
“Gracias, muchísimas gracias al pueblo nicaragüense. Gracias al clero de Estelí, de Siuna y de Matagalpa que se ha pronunciado. Dios les bendice y guarde. Gracias a los millones de hermanos que a través de las redes han manifestado que están con nosotros. Gracias al Celam”.
— Monseñor Rolando José Alvarez L. (@DiocesisdeMat) August 5, 2022
Ortega también ha clausurado medios de comunicación que pertenecían a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y a radios comunitarias que eran administradas por monseñor Álvarez en Matagalpa, como parte del apagón mediático que ha sido ejecutado en el país tras protestas sociales de 2018, las más grandes en la historia reciente de Nicaragua.
En contexto
La Iglesia católica fue una de las instituciones que prestó ayuda humanitaria durante las protestas de 2018. Los sacerdotes abrieron las puertas de los templos para establecer puestos médicos y centros de acopio. Desde entonces, los ataques han aumentado.
En conclusión
¿Cuál es el mensaje del régimen Ortega-Murillo?
El exministro de Educación y sociólogo Humberto Belli, dijo que «la señal contra los religiosos es clara: el que tenga opiniones que disgustan al Gobierno solo tiene como alternativas el exilio o la cárcel», agrega Belli.
Belli, quien también ha realizado investigaciones en el campo religioso, señaló lo siguiente:
«La persecución contra la Iglesia es mucho más amplia y profunda que las acciones contra monseñor Álvarez, porque han perseguido fuertemente a grupos religiosos totalmente apolíticos», explica.