El Senado de Brasil aprobó hoy en la primera de las dos votaciones necesarias una propuesta que restringe el gasto público durante los próximos 20 años y supone la base del ajuste fiscal impulsado por el Gobierno del presidente Michel Temer.
El proyecto, que plantea una enmienda constitucional, recibió el apoyo de 61 senadores y fue rechazado por otros 14, por lo que será sometido en los próximos días a una segunda votación y, en caso de ser aprobado, será remitido al presidente Temer para sanción.
La propuesta plantea limitar el aumento del gasto público anual a a la tasa de inflación del ejercicio anterior durante las próximas dos décadas, con la posibilidad de que eso sea revisado solamente una vez que hayan transcurrido los primeros diez años.
Los críticos de esa iniciativa sostienen que, en la práctica, se congelará la inversión estatal, ya que se impediría que tenga algún crecimiento real durante los próximos 20 años.
La propuesta fue duramente combatida por la oposición, por los sindicatos y por movimientos sociales, que consideran que sobre todo se congelarían los gastos en áreas críticas como educación y salud.
Las protestas obligaron al Gobierno a ceder y modificar la propuesta original para que la limitación de los gastos en salud y educación tan sólo se aplique a partir de 2018.
Pese a ello, los movimientos estudiantiles mantuvieron su protesta y ocuparon cientos de escuelas y universidades en todo el país.
Precisamente fueron sobre todo estudiantes los que protagonizaron hoy unas fuertes protestas frente a la sede del Parlamento, que si bien comenzaron en forma pacífica acabaron con violentos incidentes frente a los que Temer manifestó su "repudio" en una nota oficial.
El proyecto es la columna vertebral del ajuste fiscal con el que Temer pretende sanear las cuentas públicas y recuperar la confianza de los inversores, a fin de que Brasil supere la grave recesión que afronta desde el año pasado.
Con información de: EFE