Las mujeres vestidas con mantillas negras reviven en Sevilla, España una tradición que conmemora la muerte de Cristo y anticipa la gran jornada de la Semana Santa en la ciudad, la Madrugá, cuando salen en procesión las cofradías más populares de las 71 hermandades de la ciudad, como la Macarena o el Gran Poder.
La mantilla, cuyo origen es difuso y algunos sitúan en los iberos, está considerada como una prenda española, que se popularizó en el siglo XIX y se usa en señal de luto y en conmemoración de la pasión y muerte de Cristo.
Evitar incorrecciones
Las mujeres se visten con mantillas y peinetas negras, guantes y medias y rosarios en las manos, y recorren las iglesias en las que están las imágenes de las trece cofradías que esta tarde y la próxima madrugada saldrán en procesión. La extensión del uso de esta prenda ha llevado incluso a los periódicos locales a publicar artículos en los que se precisa cómo se deben vestir las mujeres de mantilla para evitar incorrecciones, entre ellas que el vestido quede por encima de la rodilla, lucir grandes escotes, beber, fumar o llevar gafas de sol.
Tan extendido es su uso que incluso algunas extranjeras se han animado a vestirse de mantilla, como la norteamericana Lily Valentine, quien, en su primera visita a Sevilla en Semana Santa, se animo a participar en una costumbre que considera "lindísima" y durante unos días "especiales" para la ciudad andaluza. Otra mujer, la sevillana Omara Herrera, de 23 años, subraya que la tradición de la mantilla "hay que mantenerla y conservarla", y se muestra "afortunada" por participar, junto a su familia, en un día que está esperando durante todo el año.
Los hombres, por su parte, se visten con trajes y corbatas oscuras, y junto a las mujeres de mantilla, recuerdan que se conmemora la pasión y muerte de Cristo, tras la Última Cena, en la que instituyó la Eucaristía y lavó los pies a sus discípulos, antes de ser arrestado y juzgado ante Caifás tras la traición de Judas Iscariote.
Con información de ABC de España