La segunda vuelta electoral de Brasil requiere de un reacomodo de fuerzas que incidirá en los tres bloques evidentes, un Bolsonaro sin partido definido, una derecha tradicional consolidada y una izquierda fuerte pero dispersa en sus contradicciones internas.
Rosana Ordóñez/El Político
Las jornadas electorales, son tiempos de estrategias y acomodos en las elecciones atípicas de 2020, tan pronto como se completó la primera ronda de votaciones, el tiempo político del país se aceleró de nuevo debido al breve intervalo hasta la segunda ronda en 55 ciudades.
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Se trata de algunos de los principales municipios de Brasil, hay elementos que indican cambios en relación con los resultados de las elecciones de 2016 y 2018.
La influencia de Bolsonaro será menor pero la derecha tradicional se consolida y crece. De los 55 candidatos, entre alcaldes y concejales, que fueron explícitamente apoyados por Bolsonaro, sólo 13 ganaron.
La ausencia de un partido orgánico del bolsonarismo, dio lugar a la dispersión de sus candidatos, y cometió el mismo error que Martín Vizcarra en Perú al promover elecciones parlamentarias con un presidente sin partido político, al final se quedan sòlo porque sobre estiman su propio poder.
Una parte importante del espacio perdido por Bolsonaro fue ocupado por los partidos de derecha más tradicionales (PSDB, MDB y DEM), que recuperaron partes de lo que habían perdido en 2016 y 2018, y aún pudieron ampliar sus fuerzas ya que están compitiendo en la segunda ronda en nueve capitales (São Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre, Teresina, Porto Velho, Cuiabá, Boa Vista, Goiânia y Maceió).
Otra parte fue ocupada por partidos emergentes (Republicanos, PP, PSD, PTB y Cidadania), que colocó sus banderas en municipios pequeños y medianos, principalmente.
Esta nueva composición del campo de la derecha permite un campo de maniobra al Presidente Bolsonaro quien sigue manteniendo leal a un importante electorado y debe redoblar los esfuerzos para crear su partido, la Alianza para el Brasil.
PSOL avanza por la izquierda
En las elecciones de 2016, celebradas a raíz del golpe de Estado que derrocó a la presidenta Dilma Rousseff, la izquierda sufrió una amarga derrota, ganando una sola capital, con el PT en Río Branco.
Este año, hay cierta recuperación de la izquierda en los grandes centros urbanos que tendrìa que ser evidente en los resultados de la segunda ronda, cuando las fuerzas de la izquierda compiten en cinco capitales y otras 13 ciudades grandes y medianas del país, con una mayor presencia del PT.
El bloque centro-izquierda (PDT-PSB), que se presentó como una alternativa directa al PT y tuvo una caída significativa en comparación con los resultados de 2016.
El PSOL ha ampliado su espacio en la izquierda, siendo la alternativa más destacada al predominio del PT, el partido eligió 88 concejales (50% de crecimiento) concentrados en las capitales y grandes ciudades: casi el 40% son mujeres, casi la mitad son negras y negros, además de 4 mandatos encabezados por mujeres trans y otros 9 mandatos colectivos.
Así, mientras que sólo el 8% del total de los elegidos está compuesto por mujeres negras, en el PSOL este porcentaje alcanza el 36%.
El partido también tuvo a Érika Hilton, una mujer negra y transexual, como la parlamentaria más votada en la ciudad de São Paulo, donde el PSOL también eligió a la primera parlamentaria intersexual del país (Carolina Lara, del Caucus Feminista) 53 de estos mandatos fueron elegidos en capitales o ciudades de más de 200 mil habitantes.
Las urbes giran a la izquierda
La capital que eligió la mayor cantidad de mandatos de concejales del PSOL fue Río de Janeiro, con 7 congresistas.
En Porto Alegre, el partido fue el más votado para la Cámara Municipal, con dos jóvenes negros como el primero (Karen Santos) y el quinto (Matheus Gomes) más votado en la ciudad.
Por su parte en Belo Horizonte, la concejala más votada por el PSOL fue una joven negra y trabajadora, Iza Lourença.
En tanto en Juiz de Fora, una importante ciudad de Minas Gerais, el partido eligió por primera vez a un concejal, con la elección de Tallia Sobral, una maestra de escuela pública, que, como militante bisexual, también colocó el tema LGBT en el primer plano de la campaña.
La segunda ronda incidirá en el cuadro electoral
55 ciudades grandes y medianas tendrán una segunda ronda. La batalla principal será la que protagonizan Guilherme Boulos (PSOL) y Bruno Covas (PSDB). La llegada a la segunda ronda del líder de los sin techo es sin duda la gran sorpresa y el principal fenómeno progresista de estas elecciones. Él ha sido protagonista de importantes movilizaciones callejeras y luchas sociales en los últimos 10 años en la ciudad y en el campo,
Para la segunda vuelta electoral, la atención está puesta sobre todo en la disputa en Sao Paulo y Río de Janeiro. Las ciudades más pobladas del país sudamericano serán determinantes en esta segunda vuelta.
En Sao Paulo se enfrentarán el actual alcalde, Bruno Covas, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que obtuvo 32,85 por ciento de los votos válidos, y Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que consiguió el 20,24 por ciento.
Mientras que en Río de Janeiro, a su vez, la decisión será entre el ex alcalde Eduardo Paes, del partido Demócratas (DEM) de la derecha neoliberal, que obtuvo 37,01 por ciento, y Marcelo Crivella, de Republicanos, que busca la reelección y consiguió 21,9 por ciento de los votos en la primera vuelta.
Por su parte en Fortaleza, el candidato del PDT (Sarto) está luchando contra el Capitán Wagner, apoyado por Bolsonaro.
Un panorama tan interesante y enigmático como Brasil.
Fuente: Xinhua / EsquerdaOnLine