¿Está por terminar el largo período de aislamiento político, financiero y hasta social, al que está sometida el régimen de Maduro en la comunidad internacional?
Mario A. Beroes R./El Político
Es la pregunta que muchos se hacen ante las últimas acciones del régimen de Nicolás Maduro en el exterior, y los esfuerzos de algunos presidentes por reiniciar el diálogo con la oposición.
En este proceso de reinserción qué tiene que ofrecer Maduro y sus adláteres para que dicho aislamiento termine, o por lo menos, se suavice. Porque es imposible negar que Venezuela se encuentra bastante aislada de la comunidad internacional y todavía más, de los grandes flujos e instituciones financieras internacionales.
EEUU, CPI, UE no son solo siglas
Estados Unidos ha sido el más activo en propiciar y mantener este aislamiento; aislamiento que es apoyado por la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) y algunas naciones hispanoamericanas.
Ante la comunidad internacional, señala la internacionalista Elsa Cardozo, investigadora y profesora de las Universidades Católica Andrés Bello (UCAB) y Central de Venezuela (UCV), en entrevista para la agencia alemana de noticias Deutsche Welle, "Venezuela aparece como un régimen abiertamente autocrático."
Añade que aunque Nicolás Maduro se mantiene en el poder y hasta el momento ha logrado pasar el temporal, "no es poca cosa, y hay que reconocerlo, que más de cincuenta países dejaron de reconocer la legitimidad del gobierno de Maduro a partir de las muy cuestionadas elecciones presidenciales del año 2018."
"De esa situación derivaron un conjunto de sanciones de parte de los Estados Unidos y de la Unión Europea que todavía pesan sobre Venezuela y sus instituciones".
-Desde hace cuatro años, por otra parte, importantes instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión de Verificación de los Hechos de la ONU y la Corte Penal Internacional han venido produciendo una serie de informes muy severos sobre las graves y continuadas violaciones de derechos humanos en Venezuela.
Recientemente, a pesar del rechazo y de la presión política ejercidos por el régimen de Nicolás Maduro, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas renovó por dos años más el mandato de la Misión Internacional Independiente de la ONU para que continúe investigando las violaciones de derechos humanos en Venezuela.
Asimismo, Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) solicitó formalmente autorización ante la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI para continuar con la investigación sobre presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela.
Maduro y EEUU
Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca se ha venido produciendo un cambio en la estrategia de EE. UU. hacia Venezuela.
La estrategia de máxima presión de Trump, que no había logrado producir la salida de Maduro, pero que lo había empujado de manera significativa a participar en las mesas de negociación desde 2017 (Santo Domingo, Oslo-Barbados y México), ha sido sustituida por una estrategia de "cambio incremental” y de comunicación directa con Maduro.
Según explica Cardozo, "da la impresión de que los Estados Unidos pasaron de utilizar el régimen de sanciones, no tanto como un régimen de presión, sino como un régimen de persuasión, ofreciendo ventajas puntuales a Maduro, tales como el retiro de algunas sanciones para que se siente a negociar con la oposición la realización de unas elecciones libres y justas, siempre bajo la amenaza de que, si no lo hace, las sanciones podrían reinstalarse e incrementarse.
Igualmente, pareciera que tanto el gobierno de Biden como la Unión Europea están calibrando la nueva situación de América Latina y están procurando que los nuevos gobiernos latinoamericanos sirvan como puentes y ejerzan un papel más activo en la solución de la crisis venezolana.
Queda la interrogante de cómo va a responder el régimen venezolano a este nuevo panorama. Estas iniciativas podrían ser aprovechadas por Maduro para comenzar a reinsertarse en la comunidad internacional y contribuir realmente a darle una solución pacífica a la grave crisis que sufre Venezuela desde hace tantos años.
Sin embargo, Maduro también podría intentar manipular esta nueva apertura, como ya lo ha hecho en el pasado, para fortalecerse y consolidar aún más su régimen.
Nuevos gobiernos, nueva visión
Con la llegada de nuevos gobiernos, de tendencia socialista en Hispanoamérica, las cosas deberían cambiar con respecto a Venezuela..
Estos nuevos mandatarios están conscientes del desprestigio que hoy en día arrastra consigo el Socialismo del Siglo XXI.
De allí que varios de ellos han tomado una cierta distancia prudencial y pragmática respecto al régimen de Maduro.
Muchos, como el de Chile, lo critican abiertamente por la violación de los derechos humanos.
"Han manifestado que la política de aislamiento internacional, de máxima presión y de sanciones no ha funcionado hasta el momento con Venezuela. Maduro sigue en el poder".
"Por ello, señalan, habría que cambiar de estrategia, reestableciendo canales de comunicación con el gobierno venezolano para reinsertarlo en la región".
"En esta dirección se movió Gustavo Petro en su primer encuentro con Nicolás Maduro.”