El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, confesó el miércoles que enfrenta un dilema , después de los recientes ataques del grupo rebelde contra la Fuerzas Militares y la infraestructura petrolera del país.
Reuters
El mandatario puso al descubierto su duda después de que el ELN cometió un ataque con explosivos a una caravana militar que transitaba por una carretera del noreste de la nación sudamericana que dejó cinco soldados muertos y otros 10 heridos.
El ataque se produjo horas después de que el grupo rebelde, conformado por unos 2.000 combatientes y considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, anunció una tregua unilateral de cinco días para permitir el normal desarrollo de las elecciones legislativas del 11 de marzo.
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“Estoy en ese dilema. ¿Qué hago con el ELN? Sigo insistiendo o, como quiere la opinión pública, porque hoy la opinión pública, toda, está en favor de romper los diálogos”, afirmó Santos en un acto de gobierno en la caribeña ciudad de Cartagena, en el que también cuestionó la coherencia del grupo.
“¿Cuántas vidas cuesta romper los diálogos en este momento?, o ¿cuántas vidas nos vamos a ahorrar si seguimos insistiendo, pero exigiendo un mínimo de coherencia?”, preguntó.
El Gobierno y el ELN iniciaron una negociación de paz en Ecuador en febrero del año pasado, en un esfuerzo por poner fin por completo a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado unos 220.000 muertos y millones de desplazados.
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Aunque las partes acordaron un cese al fuego bilateral de más de tres meses que comenzó en octubre y terminó en enero, las conversaciones no han tenido mayores logros. Santos suspendió el diálogo en enero, después de una escalada de ataques del grupo guerrillero que dejaron ocho policías muertos, otros 40 heridos y daños a la infraestructura petrolera.
El ELN, acusado de financiarse a través del secuestro, la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, ha buscado la paz en el pasado con otros gobiernos en intentos que han fracasado por sus posiciones radicales.