La alarma es máxima entre los socialistas y sus aliados en España: nadie puede fallar o la investidura no saldrá, aunque sea por motivos involuntarios. El candidato socialista consigue 166 síes frente a 165 noes y 18 abstenciones. Una parlamentaria de En Comú-Podem no ha podido emitir el voto telemático
El Político
Esta democracia es tan grande que caben todas las muestras de intolerancia”, concluyó la socialista Adriana Lastra.
La votación de este domingo marca una mayoría, que hará posible la investidura, pero sin la menor holgura. De ahí las llamadas de la dirección del grupo socialista para que ningún diputado falte mañana en la votación decisiva. A las 12.45 horas de mañana, 48 horas después de la votación fallida de este domingo, todos los parlamentarios tendrán que estar en su escaño.
Pedro Sánchez no logro la mayoría absoluta necesaria para ser investido presidente del Gobierno en la primera votación en el Congreso de los Diputados. El candidato socialista obtuvo 166 síes (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, BNG y Teruel Existe), 165 noes (PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, CUP, Navarra Suma, Coalición Canaria, Foro Asturias y PRC) y 18 abstenciones (Esquerra Republicana y Bildu). A la votación faltó la diputada de En Comú-Podem Aina Vidal, ausente por enfermedad —este domingo informó que padece un cáncer— y que no pudo registrar a tiempo su voto telemático, favorable a la investidura de Sánchez.
Si no hay sorpresas ni deserciones de última hora, Sánchez no quiere dejar pasar mucho tiempo tras la investidura para dar a conocer su gobierno. Las propuestas de ministros de Unidas Podemos ya se conocen oficiosamente, pero muy poco ha trascendido de la identidad de los socialistas e independientes que nombrará el presidente.
La vicepresidencia en manos de Pablo Iglesias no significará que Carmen Calvo pierda poder, según fuentes gubernamentales. Estos interlocutores apuntan a que Calvo puede asumir desde su vicepresidencia la coordinación territorial y, por tanto, mantenga la interlocución y la gestión de la crisis con Cataluña.
El nuevo equipo
Fuentes políticas recalcan que, aunque la estructura del Gobierno crecerá al tratarse de una coalición, Sánchez quiere medir muy bien la razón de ser de cada área.
La intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, constantemente interrumpida por las invectivas de los partidos de la derecha. La dirigente de la izquierda abertzale, sucesora de la ilegalizada Batasuna, criticó el “autoritarismo” del discurso de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 tras el referéndum ilegal de autodeterminación de Cataluña.
Esas palabras desataron un aluvión de ataques desde las bancadas del PP y Vox: “¡Asesinos!”, “¡pide perdón!” le espetaron a voz en grito. A partir de ahí, los portavoces de la oposición pedían la palabra para quejarse. “Se ha ofendido a las instituciones”, exclamó el presidente del PP, Pablo Casado. Le siguieron el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, y la de Ciudadanos, Inés Arrimadas.No vio razones la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para llamar al orden a Aizpurua por tildar de “autoritario” al Estado, al considerar que sus palabras están amparadas por la libertad de expresión.
La sesión tomó unos derroteros inesperados tras la intervención de EH Bildu. Derivó en un griterío sobre ETA y las víctimas del terrorismo. La bronca se la llevó Sánchez, porque los portavoces de la derecha le recriminaron que no replicara a la representante de la izquierda abertzale y, lo peor, que acepte su abstención para ser elegido presidente. El pleno culminó en medio de la irritación de todos: PP, Cs y Vox, contra Sánchez; y otros grupos contra la derecha por “los insultos y las amenazas” que se habían escuchado en el hemiciclo. “ Antes, Iván Espinosa de los Monteros, con la mirada en la bancada socialista, clamó: “En las próximas elecciones os vamos a arrasar”
El Rey critica a Sanchez en su saludo militar
El Rey Felipe VI agradecio este lunes a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Civil su «compromiso con el interés general de nuestra Nación», «con España y con nuestra Constitución». Un compromiso, dijo, «que acreditáis con vuestra lealtad».
Felipe hizo estas afirmaciones en la celebración de la Pascua Militar, un día después de que Bildu y la CUP dirigieran ataques al Jefe del Estado, a la Constitución y a la democracia española durante la sesión de investidura celebrada ayer en el Congreso. Todo ello ante la presencia del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que toleró los ataques sin replicar.
Felipe estuvo acompañado por Sánchez, que se mostró muy serio durante toda la ceremonia, y por los ministros de Defensa, Margarita Robles, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
«Sabéis mejor que nadie que garantizar la libertad y la seguridad de los españoles es una misión fundamental para el desarrollo y bienestar de nuestros país», ha dicho Don Felipe a los militares y guardias civiles.
En su mensaje a las Fuerzas Armadas, el Rey ha tenido «un recuerdo emocionado a nuestros compañeros de armas caídos en el cumplimiento del deber», sin mencionar expresamente a las víctimas del terrorismo, como hizo otros años.
Don Felipe reiteró su «reconocimiento y profundo agradecimiento» a la Guardia Civil, que el año pasado celebró su 175 aniversario. El Rey destacó el «gran servicio» que el Instituto Armado presta a la sociedad española y destacó también «su lealtad y compromiso con el Estado de derecho». El reconocimiento del Monarca a la Guardia Civil se produce días después de que se anunciara la próxima retirada de la Guardia Civil de las carreteras navarras, si prospera la investidura de Pedro Sánchez, que mañana se someterá a votación en el Congreso de los Diputados.
Tras aludir al incierto entorno global y a las nuevas amenazas, el Rey instó a «disponer de las capacidades adecuadas». Todo ello, dijo, «con el nivel de ambición que defina el Gobierno y con el correspondiente apoyo presupuestario».