Ante las cuantiosas pérdidas que ha tenido el ejército de Putin, en su invasión a Ucrania la nueva modalidad del dictador ruso es sacar prisioneros de sus cárceles para llevarlos como carne de cañón al combate. Una respuesta ante el creciente rechazo de la población joven a enrolarse en una guerra que no comparten.
El Político
Un nota de Associated Press cita el caso de los prisioneros de la colonia penal en San Petersburgo donde se apersonaron hombres uniformados que les ofrecieron amnistía, "si aceptaban luchar junto al ejército ruso en Ucrania"
Según el reporte de AP alrededor de una docena de personas que aceptaron enrolarse "voluntariamente" abandonaron la prisión en los siguientes días.
Reclutan en todas las cárceles
El reclutamiento de prisioneros ha estado ocurriendo en las últimas semanas en unas siete regiones, dijo Vladimir Osechkin, fundador del grupo de derechos de los prisioneros Gulagu.net, citando a los reclusos y sus familiares con los que su grupo se había puesto en contacto.
No es la primera vez que las autoridades utilizan una táctica de este tipo. La Unión Soviética empleó "batallones de prisioneros" durante la Segunda Guerra Mundial.
Según Osechkin, a los prisioneros con experiencia militar o policial se les ofreció inicialmente ir a Ucrania. Pero más tarde se extendió a los reclusos con diferentes orígenes.
Osechkin estima que a fines de julio, alrededor de 1.500 podrían haber solicitado la incorporación al servicio militar, atraídos por promesas de grandes salarios y eventuales indultos.
Soldados se niegan a luchar
Alexei Tabalov, un abogado que dirige el grupo de asistencia legal de la Escuela de Reclutas dio una entrevista a Associated Press, en la que precisó las medidas que adelanta el Kremlin.
"Estamos viendo una gran salida de personas que quieren abandonar la zona de guerra, aquellos que han estado sirviendo durante mucho tiempo y aquellos que han firmado un contrato recientemente", dijo Alexei Tabalov, un abogado que dirige el grupo de asistencia legal de la Escuela de Reclutas.
La medida se instrumenta en medio de informes de que cientos de soldados rusos se niegan a luchar y tratan de abandonar el ejército.
Las autoridades parecen estar haciendo todo lo posible para reforzar el alistamiento. Aunque el Ministerio de Defensa niega que se estén llevando a cabo "actividades de movilización".
"Este es el trabajo", proclaman vallas publicitarias y anuncios desplegados en unidades de transporte público en varias regiones.
A lo que se suma que las autoridades establecieron centros móviles de reclutamiento en algunas ciudades. Incluido uno en el sitio de una media maratón en Siberia en mayo.
Paralelamente las administraciones regionales están formando "batallones de voluntarios" que se promueven en la televisión estatal.
El diario de negocios Kommersant contó al menos 40 entidades de este tipo en 20 regiones. Los funcionarios prometieron a los voluntarios salarios mensuales que van desde el equivalente a $ 2,150 a casi $ 5,500, más bonos.
AP vio miles de vacantes en sitios web de búsqueda de empleo para varios especialistas militares.