Los estados de Rusia, China e Irán se valen de la evasión del ejército militar y de la diplomacia de Estados Unidos de Afganistán para acercarse al ahora gobierno Talibán. Los gobiernos de estas tres naciones estiman que en adelante, por lo visto, evidentemente la influencia estadounidense en la región se desvanece y se arriman cautelosamente al nuevo régimen afgano.
El Político
Tal como lo recuerda la versión noticiosa de la cadena Telemundo, en 2001 Estados Unidos invadió Afganistán para perseguir a Al Qaeda, a la sazón su más peligroso enemigo. Y allí estuvo hasta hace pocos días atrás.
Transcurridas dos décadas del fatídico 11S, Estados Unidos emprendió una confusa, convulsa y desordenada retirada de sus tropas del territorio afgano. Con ello, la administración demócrata de Joe Biden puso punto final a una guerra sin tregua. Y que le valió una cuantiosa suma de recursos financieros.
Ahora, tras bastidores, Rusia, China e Irán tienen la convicción de que la influencia internacional estadounidense disminuye. Cuando parecía inexpugnable después del 11 de septiembre cuando obtuvo el apoyo y la simpatía internacionales de manera casi universal– disminuye. Y en la misma medida que el retiro de Estados Unidos deja un vacío en la región, comienzan a tender puentes con los nuevos gobernantes islamitas afganos.
EEUU bien lejos de Afganistán
Para Barnett Rubin, ex asesor principal del representante especial para Afganistán y Pakistán en el Departamento de Estado, el hecho de que Rusia, China e Irán busquen un acercamiento con Afganistán no es para sorprenderse. Comenta: “Nos observaron todo el tiempo. Esto solo es un incidente más en el declive del poder de Estados Unidos”.
Negotiating with Taliban or any warring party is not based on assumptions they “want peace” or have “changed.” It is based on reality that neither side can defeat the other and that it might be possible to deal with conflict by means other than war. Politics, for instance.
— Barnett R. Rubin (@BRRubin) July 15, 2019
El caos y la angustia que se escenificó en el aeropuerto de Kabul derivaron en una gran oportunidad de relaciones públicas para los gobiernos de los tres países. Acerca de la intervención estadounidense en Afganistán la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin hizo un breve y certero comentario. Dijo: “El resultado es cero, por no decir que es negativo”.
La Unión Soviética también ocupó Afganistán. Su retirada después de diez años de invasión igualmente fue considerada como una humillación internacional. E incluso una señal de la inminente desintegración que ocasionó la caída del comunismo y del muro de Berlín.
Por su parte a China, que comparte una corta franja fronteriza con Afganistán, le preocupa que el extremismo se filtre en la región occidental de Xinjiang. Allí el gobierno del gigante asiático ha detenido a cientos de miles de uigures y otras minorías étnicas predominantemente musulmanas. Sin embargo Pekín también estima que la situación actual puede resultar en una oportunidad para reactivar proyectos de petróleo, gas y minería. Y que podrían ser muy lucrativos. Pero por ahora detenidos por asuntos de seguridad y otros problemas conexos.
Fuente: Telemundo