El Ministerio de Defensa de Rusia informó en su parte diario matinal que a las cinco de la mañana (hora de Moscú) de este viernes se completó el repliegue de las tropas rusas a la orilla izquierda del río Dniéper.
El Político
La retirada de las fuerzas rusas de la margen derecha, es decir, la rendición de la ciudad de Jersón, el único centro administrativo regional capturado desde el comienzo de la invasión de Ucrania, fue anunciada por el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, este pasado miércoles.
«Durante el traslado a la orilla izquierda del Dniéper, no quedó ni una sola pieza de equipo militar y armas en la orilla derecha, todos los militares rusos cruzaron al otro lado, no ha habido bajas de personal ni pérdidas de material o armamento», asegura el departamento castrense ruso.
En detalle
El episodio es una muestra de cómo la humillante retirada táctica ha pillado sin guion oficial al Kremlin, que hace apenas seis semanas se anexionaba unilateralmente cuatro provincias ucranianas, incluyendo Jersón, prometiendo defenderlas hasta las últimas consecuencias.
La decisión ha sido descrita con todo tipo de circunloquios por los medios estatales, desde "plan de reagrupamiento" a "traslado masivo", todos incidiendo en el escaso argumentario que dio el alto mando militar ruso: es una maniobra para salvar vidas de soldados en el frente. Sin embargo, pocos se atreven a valorar el movimiento bélico en términos militares. Incluso algunos medios, como Sputnik, han obviado el tema en su cobertura.
Las portadas de los medios se encargaron de destacar quiénes eran los responsables de esta decisión. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y el jefe de las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania, general Sergei Surovikin, copaban las fotos y resúmenes televisados.
Quien no apareció en casi ningún artículo de la retirada fue el presidente -y comandante en Jefe- Vladímir Putin, también ausente de la intervención en la televisión estatal el miércoles para hacer el anuncio.
Lo que importa
El mandatario prefirió que fuera su alto mando militar el encargado de dar las malas noticias, mientras él hablaba de la reducción de la pobreza en Rusia.
Mientras, las tropas ucranianas continúan su avance hacia Jersón, aunque todavía con pies de plomo. No se fían de que Rusia abandone la ciudad sin plantar cara.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió poco después del anuncio que "el enemigo no nos hace regalos". A pesar del clima de victoria que reina en las fuerzas ucranianas, todavía es demasiado pronto para cantarla.
Algunos residentes de la zona afirman que vieron a soldados rusos vestidos de civil escondidos en casas de la ciudad de Jersón para atacar por sorpresa a los ucranianos. También sospechan que pueden haber sembrado minas y destruido carreteras para frenar el avance de las fuerzas de Ucrania.
"La Federación Rusa quiere convertir Jersón en la ciudad de la muerte. Los militares rusos minan todo lo que pueden: apartamentos, desagües", dijo Myhailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano, en su cuenta de Twitter. "La artillería en la ribera izquierda planea convertir la ciudad en ruinas. Esto es cómo luce el mundo ruso: vinieron, robaron, celebraron, mataron testigos, dejaron ruinas y se marcharon", apostilló.
Liberación minuto a minuto
El camino hacia Jersón, que se prometía lento y difícil, se acelera a cada minuto que pasa. El jefe del Ejército de Ucrania, Valeriy Zaluzhnyi, dijo en la mañana del jueves que sus tropas habían avanzado siete kilómetros en dos direcciones diferentes y que habían recuperado 12 asentamientos antes controlados por Rusia.
Horas después actualizó la cifra y confirmó un avance de 36 kilómetros en líneas de defensa rusas y la liberación de 41 asentamientos.
Más tarde, un analista de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) publicaba en Twitter que los soldados ucranianos habían llegado a Kyselivka, apenas a 20 kilómetros de Jersón.
A pesar de los progresos en poco tiempo, Zaluzhnyi ha seguido reiterando que no pueden asegurar todavía que las fuerzas enemigas se hayan retirado completamente del territorio.
Jersón, la única capital de provincia capturada por Rusia, tuvo una relevancia estratégica clave en los primeros compases de la guerra, cuando servía de cabeza de puente para el flanco sur de Moscú.
El Kremlin parecen haber preferido sacrificar la ciudad, y asumir el bochorno simbólico, pero evitar una derrota militar en toda regla que termine de hundir su moral y su imagen. El alto mando militar ordenó el traslado de todas sus fuerzas a la otra orilla, y reforzar allí sus defensas para resistir al invierno.
Llegar hasta allí no será fácil. El comandante general del Ejército ruso en Ucrania, Sergey Surovikin, explicó que la mitad de las tropas que se retiran del área de Jersón serán redistribuidas en otros frentes de Ucrania, y la otra mitad cruzarán el Dniéper. "Todo el contingente ruso tardará algún tiempo en retirarse a través del río Dniéper y aún no está claro si las fuerzas rusas podrán realizar la retirada en un orden relativamente bueno bajo la presión de Ucrania", sostiene un informe del Institute for the Study of War (ISW).
Al respecto, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, estimó que Rusia tenía hasta 30.000 soldados al norte de Dnipro. "Les tomará días y tal vez incluso semanas sacar esas fuerzas al sur de ese río", afirmó. La agencia de Inteligencia de Defensa británica añadió que los puntos de cruce son limitados y que las fuerzas rusas pueden encontrarse con dificultades para cruzar al otro lado del río. "Es probable que la retirada se lleve a cabo durante varios días con posiciones defensivas y fuego de artillería cubriendo las fuerzas en retirada", coincidió la agencia.
La presión que pueden ejercer las fuerzas ucranianas puede provocar que los rusos tengan que abandonar algunas partes del territorio deprisa y corriendo. El objetivo sería que su retirada no recordara a la de Járkov, donde dejaron atrás armas, munición y vehículos blindados que fueron aprovechados posteriormente por Ucrania. Sin embargo, los expertos OSINT han empezado a divulgar imágenes del equipamiento abandonado por las fuerzas del Kremlin.
El informe de ISW sostiene que la batalla de Jersón no ha terminado y que Rusia ha entrado en una nueva fase en la que está priorizando la retirada de sus fuerzas al otro lado del río y retrasando a las fuerzas ucranianas en lugar de tratar de detener por completo la contraofensiva. Algunos funcionarios ucranianos ya han advertido que, si los rusos se trasladan a la otra orilla del Dniéper, pueden atacar Jersón con artillería o atacar la presa de Kajovka para provocar una gran inundación.
Tanto Rusia como Ucrania se han acusado mutuamente de querer destruir la represa por su importancia estratégica y, a pesar de que algunos analistas veían esta opción como poco probable, la nueva posición de Rusia en el río Dniéper puede volver a poner en el punto mira a Kajovka. Hasta Zelenski volvió a hacer referencia a la presa en declaraciones tras el anuncio de la retirada rusa. "Volar la central hidroeléctrica de Kajovka, inundar nuestra tierra y dejar la central nuclear de Zaporiyia sin agua significará que están declarando la guerra al mundo entero", advirtió.
Nuevas trincheras en Crimea
El analista militar Pavel Felgenhauer destacó que la retirada de Jersón no es necesariamente una derrota rusa y que una batalla decisiva en esta zona podría tener lugar en los próximos meses. "Los momentos decisivos pueden llegar cuando llegue el invierno, y los tanques y camiones puedan moverse fácilmente de nuevo a través de campos y caminos de tierra, entonces vendrá una acción real, que puede ser decisiva en esta guerra", dijo al Financial Times.
Pese a que Ucrania sospecha que la retirada puede ser una trampa, el analista de OSINT Benjamin Pittet informó que las fuerzas rusas están construyendo nuevas trincheras en el norte de Crimea y en Jersón. A través de imágenes satelitales, Pittet ha descubierto que, el 12 de agosto y el 8 de octubre, Rusia construyó con excavadoras nuevas trincheras en el puesto de control de Chongar, en Crimea, y en la Armiansk ocupada, al noroeste de la península. En el sur de Jersón, en Novotroyitse, Pittet afirmó que las fuerzas rusas están vacando otras posiciones defensivas. "Están construyendo una fortaleza", escribió el analista en Twitter.
Dejando las sorpresas aparte, los expertos creen poco probable que los rusos estén preparando una trampa en Jersón. Desde ISW han observado desde hace tiempo "muchos indicadores de que las fuerzas rusas, los activos militares y económicos, y los elementos de ocupación se han retirado constantemente de la orilla occidental a través del río Dniéper, y los funcionarios rusos han estado anticipando y preparándose para la retirada de una manera que es incompatible con una campaña para engañar y atrapar a las tropas ucranianas".
Conclusión
Hace meses que todos los ojos están puestos en el frente de Jersón. Una victoria sobre este territorio tiene, más allá de objetivos militares, una importancia simbólica y política. La proximidad del territorio a Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, es uno de los puntos más importantes, y la retirada ha provocado que no queden fuerzas invasoras en la zona oeste del río Dniéper. Además, Jersón también se encuentra muy cerca de Zaporiyia y la central nuclear, que ha convertido en foco de ataques desde el inicio de la invasión el 24 de febrero.
Tener el control de este territorio es un avance importante para Ucrania y los soldados avanzan, parece que cada vez más rápido, hasta la ciudad que fue la primera capital de provincia conquistada por Rusia. Los analistas no creen en trampas y están convencidos de que la prioridad es la retirada hasta el otro lado del Dniéper. Pero el desenlace de este capítulo de la guerra no será tan rápido como el avance de las tropas ucranianas este jueves, vaticinan los analistas de ISW. "Es posible que una parte de las fuerzas (rusas) permanezcan para retrasar a las tropas ucranianas en la propia ciudad".
Ucrania, sin embargo, ya celebra la retirada. El general de brigada Oleksiy Hromov explicó que Ucrania ha conseguido este jueves "destruir las rutas logísticas y el sistema de apoyo del enemigo, y destruir su sistema de control de tropas". "De esta manera no dejamos al enemigo otra salida que la huida. Así como el enemigo salió de Kiev, de la región de Járkov, dejó la Isla de la Serpiente, la probable retirada de Jersón es el resultado de nuestras operaciones activas".
Fuente: El Confidencial