A pesar de que el presidente Donald Trump afirma que la economía estadounidense marcha "tremendamente bien" y tanto él como sus asesores descartan una recesión, otro relato parece que ocurre puertas adentro en la Casa Blanca.
El Político
De acuerdo con reportes de medios que hablan sobre planes para un posible recorte de impuestos a los salarios y la reversión de algunos aranceles como medidas preventivas ante un eventual debilitamiento económico global.
El diario The Washington Post, basándose en información proporcionada por tres funcionarios del alto gobierno, fue el primero en reportar la discusión sobre una bajada temporal de los impuestos a las nóminas para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.
Millones de trabajadores estadounidenses pagan impuestos sobre sus ganancias para financiar el programa de seguro de salud de Medicare para los ancianos y el Seguro Social, que proporciona pagos de ingresos para los jubilados.
Bajo el mandato del presidente Barack Obama este tipo de impuesto se redujo temporalmente en 2011 y 2012 con el propósito de reflotar la economía estadounidense tras el estancamiento causado por la crisis financiera de 2008.
En este momento, los trabajadores pagan un impuesto del 6.2% sobre los primeros 132,900 dólares de sus ingresos, y los empleadores pagan otro 6.2%.
Según el Post, los funcionarios no mencionaron qué tan grande podría ser el recorte del impuesto a los salarios, advirtiendo que la discusión apenas está en su primera etapa y aún no han buscado la opinión de Trump.
Inclusive, si Trump avala el plan se necesitaría la aprobación del Congreso para modificar el impuesto.
De momento, la respuesta oficial que ha dado la Casa Blanca es que la “reducción de los impuestos a los salarios no es algo que se esté estudiando en este momento". La agencia Reuters también obtuvo una respuesta similar de un funcionario del gobierno que habló bajo condición de anonimato.
También el diario The New York Times indica que los planes de contingencia que prepara el equipo económico de Trump para una eventual desaceleración contempla la reversión de algunos de los recientes aranceles impuestos por la administración Trump a las importaciones chinas.
Sin embargo, el Times señala que “es poco probable que Trump invierta abruptamente el curso de los aranceles que ha impuesto a los productos chinos” en el marco de la llamada guerra comercial, ya que según el presidente “Pekín se come” los gravámenes, pero no afectan a los consumidores estadounidenses.
Fuente: Telemundo