Lo que nadie quería parece que acontece. Y acontece arropando al mundo de las criptomonedas, que se ven involucradas en un conflicto político, al que no deberían pertenecer. Kazajistán es la prueba.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político.-
La revuelta popular y la posterior e infame represión del régimen dictatorial en Kazajistán han golpeado con fuerza el mundo de las criptomonedas. Las caída en el precio ha sido fuerte, arrastrando a todas, incluida la más popular, el Bitcoin (BTC).
¿Por qué Kazajistán?
Este país, hasta 1991, parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), enfrenta una rebelión popular, que podría extenderse a las naciones vecinas.
Rebelión, además, que ha estado latente en esas naciones euroasiáticas, con fuerte predominio de regímenes musulmanes y dictatoriales.
Esta "incomodidad" social se refleja en la vida económica y ha dado lugar a que esa república centroasiática, hasta hace muy poco una de las más estables y controladas de la antigua Unión Soviética en Asia Central, sea foco de un cúmulo de protestas.
Y estas protestas ni Moscú, y mucho menos la UE o los Estados Unidos están en capacidad de entender, y mucho menos controlar.
Kazajistán es, actualmente, donde se efectúa más de un 18% de la minería de bitcoin, el principal lugar para esa nueva industria solo después de Estados Unidos.
El presidente kazajo, Kassym Jomart Tokáyev, que ha calificado a los manifestantes de «terroristas» entrenados en el exterior, y ha cerrado los pasos fronterizos, eliminado el uso del internet en el país, lo que dificulta notablemente las operaciones de creación y manutención de las criptomonedas.
Datos aportados por el diario español ABC, afirman que el régimen kazajo, que desde la sombra sigue controlando el dictador y expresidente Nursultán Nazarbáyev, busca así dificultar la organización de protestas por medio de redes sociales y otras plataformas digitales.
Los manifestantes están protestando por el aumento del precio de los combustibles y otras carestías y escaseces.
Después de que la dictadura china decidiera poner coto a la industria de las criptomonedas a mediados de 2021, mucha de esta actividad se trasladó a Kazajistán, que es país vecino.
Sin elecciones libres, es la mayor economía de Asia Central, y depende en gran medida del petróleo, que supone un 21% de su PIB, según datos del Banco Mundial.
El crecimiento estimado para este año supera el 3,7%. Es además el mayor productor mundial de uranio y también exporta hierro y carbón.
¿Qué es la minería de criptomonedas?
Lo que se conoce como minería de criptomonedas es un proceso muy complejo, que requiere de potentes computadoras y ancho de banda, para poner en circulación nuevas monedas virtuales.
Esos ordenadores son puestos a resolver una serie de complejas operaciones matemáticas para crear lo que se conoce como bloque, que acaban conformado una cadena de bloques, o "blockchain".
El «blockchain» es una tecnología digital que garantiza la veracidad de las operaciones por internet, es decir, asegura y afianza el valor de esas monedas virtuales.
No hay una sola divisa virtual, aunque la principal es el bitcoin (BTC), creada en 2009 y que sirve de criptomoneda y sistema de pago sin banco central o administrador único.
El 4 de enero, dos días después de que comenzaran las protestas, alcanzó un valor de 43.000 dólares por cada moneda.
El viernes, sin embargo, se desplomó a los 37.000 dólares, cifras similares a las de finales de septiembre. Otras monedas virtuales también cayeron el viernes: el Ethereum (ETH), por ejemplo, un 6,8% y el Solana (SLA), un 7,7%.
La Fed tampoco ayuda a Kazajistán
Lo cierto es que el precio de las criptomonedas no depende directamente de un solo factor, ni siquiera de la capacidad para minarlas.
Pero según los analistas esas divisas acaban comportándose de forma similar a los mercados de valores, con importantes fluctuaciones.
Los disturbios en Kazajistán se unen a recientes advertencias de la Fed estadounidense de que pondrá fin a los cuantiosos estímulos aprobados en época de pandemia.
La cifra del 18% de minado del bitcóin en Kazajistán proviene de un centro británico dependiente de la Universidad de Cambridge.
Según Michel Rauchs, analista del llamado Cambridge Centre for Alternative Finance, tras el cambio de política en China, el minado en Kazajistán se sextuplicó.
Pasó del 8,2% en abril al 18,1% en agosto. En EE.UU. creció del 16,8% al 35,4% en el mismo periodo. Y en Rusia, tercer mercado, ascendió del 6,8% al 11%.
Ese mismo centro universitario ha publicado otro estudio recientemente en el que revela los altos índices de contaminación asociados con la minería de criptomonedas.
Según ese informe, de hace casi un año, si el Bitcoin fuera un país, consumiría más electricidad al año que Argentina.
La razón es que esa labor de crear y mantener criptodivisas emplea enormes servidores que se mantienen permanentemente operativos, lo que implica un alto consumo energético.
Según esos mismos investigadores, la minería de bitcoins utiliza cerca de 121,36 teravatios-hora (TWh) de electricidad al año, una cifra muy elevada.