Tras la muerte del legendario Pablo Escobar, mayor narcotraficante en la historia de Colombia, su hija Manuela Escobar Henao, hace 25 años se cambió el nombre y pasó a llamarse Juana Manuela Marroquín, quien fue fotografiada, después de mucho tiempo, caminando por las calles del barrio Palermo de Buenos Aires.
El Político
Las historias de la época del narcotráfico del Cartel de Medellín son famosas. Y más las que tienen que ver con la faceta familiar del capo de capos, Pablo Emilio Escobar Gaviria, de quien el país conoció solo su lado más sanguinario.
A lo largo del tiempo y acontecimientos, se ha conocido la debilidad especial que tenía ‘El Patrón del Mal’ por su hija Manuela, quien tenía tan solo ocho años cuando su padre murió tras una persecución de las autoridades el 2 de diciembre de 1993.
Incluso el hijo del capo, Juan Pablo Escobar, contó a una entrevista que su padre llego hacer una vez una hoguera quemando dos millones de dólares en billetes para producir calor y evitar que su hija muriera congelada mientras se escondían en una finca de Medellín.
Después de la muerte de Escobar Gaviria su familia se refugió en Argentina, cambió sus apellidos a Marroquín Santos y comenzó una nueva vida. Y aunque Juan Pablo siempre estuvo en el foco de los medios nacionales e internacionales, de Manuela poco se sabía.
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Contrario a lo que ha sucedido con su hermana, Juan Pablo Escobar, el hijo mayor del extinto capo, si ha figurado desde hace años en la arena pública. Lanzó un libro sobre su historia como hijo del capo del narcotráfico, incluso el año pasado presentó en Cannes un documental en el que cuenta su propia verdad sobre la vida de su padre.
Con información: El Espectador