La asunción del nuevo presidente peruano, Pedro Kuczynski, será una oportunidad única para encontrar la manera de destrabar la grave crisis en que se encuentra el Mercosur.
Por primera vez, desde que se desató la etapa más grave de las negociaciones, estarán frente a frente, en una misma mesa, los presidentes de dos países y los cancilleres de los restantes, en un encuentro que si bien obedece a otras instancias protocalares, tendrá sobrevolando permanentemente la fuerte tensión generada por la Presidencia pro témpore del Mercosur.
El encuentro será la antesala de la reunión de cancilleres convocada por Uruguay para el próximo sábado a la que hasta el momento no garantizaron su presencia ninguno de los representantes de los países que integran el bloque.
La asunción de Kuczynski contará con la presencia del presidente argentino, Mauricio Macri y del paraguayo, Horacio Cartes. Por Uruguay asistirá el vicepresidente Raúl Sendic y el canciller Rodolfo Nin Novoa, en tanto que Brasil no anunció aún quién representará a Temer, aunque se descarta que será una figura de primer orden de su gobierno.
La falta de respuesta a la convocatoria realizada por Uruguay guarda directa relación con esta improvisada cumbre en Perú, ya que los gobiernos de los cuatro países esperan con expectativa que las conversaciones extraoficiales puedan aportar una salida a la grave crisis actual.
Uruguay pretende cumplir con su compromiso de pasar la Presidencia a Venezuela, pero cuenta con la firme oposición de Paraguay y Brasil, que no aceptan que el gobierno de Maduro lidere el bloque.
Si este último intento fracasa, ninguno de los cancilleres acudirá el sábado a Montevideo, lo que marcaría un hecho inédito en la historia del Mercosur, ya que nunca antes los países rechazaron enviar sus representantes a una convocatoria oficial.
Entre las distintas alternativas que se barajan está la posibilidad de que se llegue a un consenso al menos para suspender la cumbre de Montevideo, y patear para más adelante una nueva convocatoria. Lo que daría más tiempo al bloque para negociar una salida pero con una fecha cierta de entrega de la Presidencia.
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