Felipe Calderón (2006-2012) se convirtió hoy en el primer presidente o expresidente de México al que las autoridades migratorias de Cuba prohíben entrar a la isla, un hito "histórico" que responde al parecer a una represalia por sus contactos con los grupos de disidentes cubanos.
"No hay un antecedente de que el Gobierno cubano le haya negado el acceso a su país a ningún presidente mexicano; incluso ha habido expresidentes que son muy bien tratados en la isla", como Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), afirmó a Efe el analista político Salvador García Soto.
El servicio migratorio cubano impidió hoy al expresidente abordar un avión rumbo a la isla para asistir a un homenaje al disidente Oswaldo Payá (1952-2012).
También este martes la exministra chilena de Educación Mariana Aylwin denunció que el Gobierno cubano le prohibió la entrada al país.
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Estaba previsto que Aylwin recibiera mañana un premio concedido de forma póstuma a su padre, el expresidente de Chile Patricio Aylwin, por la fundación que preside Rosa María Payá, hija del disidente cubano fallecido hace cinco años.
A través de su cuenta de Twitter, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana indicó que "lamenta la decisión del Gobierno de Cuba de no autorizar la visita a La Habana del expresidente Felipe Calderón".
El titular de la SRE, Luis Videgaray, agregó en la misma red social: "La presencia de Felipe Calderón en Cuba no representa ninguna afectación para el pueblo y Gobierno cubanos. Lamentamos la decisión".
El conservador Partido Acción Nacional (PAN), de Calderón, expresó un apoyo más enérgico al exmandatario y su grupo parlamentario informó que solicitará a la Cancillería que emita una "nota diplomática de extrañamiento a la República de Cuba".
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"Reprobamos lo que está ocurriendo; es muy lamentable que a estas alturas del partido pasen estas cosas, cuando todos nos hemos pronunciado porque se respeten las libertades, la democracia y los derechos humanos", indicó la senadora Mariana Gómez del Campo en una conferencia de prensa.
Por otra parte, la directora de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara Rosas, dijo que no le "sorprende" el veto, y más cuando el acto al que iba a asistir Calderón "se trataba de un homenaje a un muy reconocido defensor de derechos humanos que ha perdido la vida en esa lucha por la defensa y el activismo".
Guevara denunció que en la isla sigue dándose un "sistema represivo" que ataca las voces disidentes, aunque ahora las tácticas de este mecanismo han cambiado y, por ejemplo, se ejecutan acciones como "detenciones arbitrarias de corto plazo".
García Soto recuerda que "los Gobiernos del Partido Acción Nacional no tuvieron una buena relación con Cuba".
Con el primer mandatario panista, Vicente Fox (2000-2006), los asuntos bilaterales alcanzaron un momento crítico, después de que este le dijera a Fidel Castro durante una cumbre de la ONU la conocida frase "comes y te vas", con el objetivo de acortar la visita del entonces presidente cubano y así no complicar la relación el estadounidense George W. Bush.
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Tras esto, México llegó a retirar a su embajadora en la isla y expulsó al representante cubano con el argumento de que La Habana se había entrometido en sus asuntos internos.
Paradójicamente el acercamiento entre ambos países y el posterior restablecimiento de las relaciones vino de la mano de Calderón y el embajador Gabriel Jiménez Remus.
No obstante, recuerda García Soto, Calderón mantuvo contactos con disidentes, que "es algo muy sensible para un Gobierno como el cubano, que no es muy abierto al apoyo de este tipo de grupos".
La negativa de que Calderón asista al evento de homenaje a Payá, programado para este miércoles, responde a la labor que ha venido realizando, "quizá no desde la presidencia, pero sí fuera de ella", y a su discurso, en el que habla de la "necesidad de una democratización en Cuba".
El analista estima que la prohibición no afectará las relaciones entre México y Cuba, porque "es un tema personal con Calderón", y porque pertenece a un partido político distinto al que ahora está en el poder, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La "prueba" es que "el Gobierno mexicano no tuvo una reacción muy fuerte a este rechazo más allá de un posicionamiento de la Cancillería", argumentó.
Con información de EFE