Líderes republicanos de Estados Unidos, sobre todo quienes se han declarado en campaña electoral, manifiestan su resistencia a los intentos del presidente demócrata Joe Biden de intentar obligar a los ciudadanos reticentes a que se vacunen contra el Covid-19.
El Político
Según la versión noticiosa de la agencia AP, en Carolina del Sur, el gobernador Henry McMaster asegura que combatirá “hasta las puertas del infierno para proteger la libertad y el sustento de todos los habitantes del estado”.
De otro lado la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, posible aspirante a la candidatura presidencial en 2024, dice estar preparando una demanda. Y J.D. Vance, un conservador que busca una banca del Senado federal por Ohio, sugirió a los propietario de los locales comerciales a que ignoren las órdenes. A la misma la calificó como suerte de “intento para intimidar y coaccionar a los ciudadanos. Solo la desobediencia civil multitudinaria nos salvará del autoritarismo descubierto de Joe Biden”, comentó.
Frente a la postura adversa republicana, Biden mantiene su convicción. En el transcurso de un recorrido que realizó este viernes a una escuela, acusó a los gobernadores de ser “arrogantes” con la salud de los estadounidenses jóvenes. Al inquirírsele sobre sus enemigos que podrían llevar el asunto a tribunales, ripostó: “Que lo intenten”.
Republicanos arremeten contra el presidente Joe Biden y amenazan con demandas e incluso con convocar a la desobediencia civil para bloquear sus nuevas disposiciones tendentes a hacer obligatorias las vacunas contra el coronavirus. https://t.co/fx231LY3qa
— el Nuevo Herald (@elnuevoherald) September 11, 2021
Republicanos en campaña critican a Biden
Al rechazo republicano lo secundó el anuncio de Biden el jueves de un gran plan para doblegar al Covid-19. En momentos cuando la variante delta altamente contagiosa ha contribuido a que se registren mil 500 decesos y 150 mil casos por día. Biden instruyó que todos los empleadores de más de 100 trabajadores los obliguen a vacunarse. O a realizarse semanalmente pruebas para que les detecten el virus, lo que afectaría a cerca de 80 millones de estadounidenses.
Se calcula 17 millones de trabajadores adicionales de centros de salud vinculados a los programas federales Medicare o Medicaid también deberán vacunarse. Así como todos los empleados del poder ejecutivo y contratistas que hagan negocios con el gobierno federal.
La decisión desató la ira de los republicanos en las capitales estatales, el Congreso y los que andan de campaña. E incluso entre muchos que han apoyado las vacunas y exhortado a sus electores a que se las pongan.
Fuente: AP