El primer ministro italiano, Matteo Renzi, cumplió el primer día de espera antes de hacer efectiva su dimisión, mientras los partidos políticos se preparan para una etapa bajo un Gobierno de transición hasta nuevas elecciones.
Renzi presentó el lunes su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella, después de su fracaso en el referéndum constitucional, pero éste le instó a hacer efectiva su renuncia una vez que los Presupuestos de 2017 sean aprobados.
Para ello, el Gobierno, como en anteriores ocasiones, planteará el miércoles la votación de las cuentas en el Senado como si de una cuestión de confianza se tratara, lo que acelerará su aprobación al impedir el debate parlamentario y la imposición de enmiendas.
La sesión comenzará con la declaración de intención de voto de los diferentes grupos parlamentarios y la votación definitiva se producirá durante la tarde local, estiman medios locales.
Una vez que los presupuestos sean aprobados definitivamente por el Senado, Renzi debería acudir ante Mattarella para, esta vez sí, hacer efectiva su dimisión, algo a lo que está completamente decidido, tal y como ha hecho saber a sus ministros.
El proceso se ha acelerado, como demuestra que Mattarella haya cancelado su viaje del miércoles a Milán (norte de Italia), para participar en la apertura de la temporada operística de La Scala, con el fin de seguir los acontecimientos que se suceden en Roma, según los medios.
Cuando Renzi haya presentado su dimisión, dará comienzo el proceso para atajar esta nueva crisis de Gobierno en un país ya acostumbrado a estas turbulencias políticas.
Todo apunta a que Mattarella emprenderá una ronda de consultas durante la jornada del jueves para tratar de concentrar una mayoría parlamentaria que sostenga a un Gobierno de transición, cuyo principal objetivo sería reformar la ley electoral.
Esto se debe a que en la actualidad coexisten en Italia dos leyes electorales distintas para la Cámara de los Diputados y para el Senado y, una de ellas, la que afecta a la cámara alta, con aspectos declarados inconstitucionales en 2013.
Entre los candidatos a dirigir el Gobierno de transición estarían el ministro italiano de Economía, Pier Carlo Padoan, o el presidente del Senado, Pietro Grasso, ambos en principio con el "nihil obstat" del Partido Demócrata (PD) de Renzi, mayoritario en el Parlamento.
Una vez que se hayan normalizado y restablecido las reglas del juego electoral, se espera que Mattarella convoque nuevos comicios, que algunos sitúan ya para el próximo febrero, aunque por el momento son meras especulaciones.
La principal intención es no prolongar la anomalía política que ha llevado a Italia a acumular, por el momento, tres gobiernos consecutivos sin ser elegidos directamente: el de Mario Monti y los de Enrico Letta y Renzi, tras las infructuosas elecciones de 2013.
Mientras Mattarella hace sus cábalas y Renzi espera a oficializar su dimisión, los partidos políticos trazan sus posturas y estrategias ante esta situación y de cara a unos hipotéticos comicios generales.
El PD, principal partido de centroizquierda del país, celebrará el miércoles una reunión para analizar la situación política que se presenta como un tenso ajuste de cuentas entre los "renzianos" y la minoría crítica, azote del primer ministro dimisionario.
En el debate saldrán seguramente a relucir las tesis de quienes consideran que Renzi debería dimitir como secretario general de la formación o, por contra, de quienes creen que tendría que seguir al frente del partido y guiarlo en esta nueva e incierta etapa.
Los medios apuntan a que Renzi se presentará ante sus correligionarios con un discurso duro, para acusarles de boicotear su reforma en el referéndum y para subrayar que ese 40 % de votos a favor recibidos en la consulta le sustenta como líder del partido.
La conservadora Forza Italia (FI), del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, celebró hoy una reunión de su plana mayor en la villa del magnate en Arcore (norte del país) en la que se concluyó la necesidad de celebrar comicios solo después de reformar la ley electoral.
"Se abre ahora una nueva fase política en la que la palabra debe regresar a los italianos. Por eso, urge una ley electoral que garantice la gobernabilidad con una real correspondencia entre la mayoría parlamentaria y la popular", reza un comunicado del partido.
El Movimiento Cinco Estrellas, por su parte, reclama "elecciones inmediatamente", consciente de que en la actualidad representa la única alternativa posible a un Gobierno de centroizquierda, debido a la ausencia de un líder consolidado que aglutine a la derecha.
"Nosotros queremos elecciones lo antes posible porque los ciudadanos tienen derecho a expresarse", escribió hoy en su blog el fundador del movimiento, Beppe Grillo, quien criticó gobiernos como el de Renzi, designado en febrero de 2014 sin pasar por las urnas.
EFE