El primer ministro Mark Rutte presentó su renuncia ante el monarca del país, Guillermo Alejandro de los Países bajos. El líder informó también que aceptó la dimisión de todo su gabinete. Un escándalo sin precedentes en el seno del gobierno neerlandés.
El Político
El primer ministro holandés, Mark Rutte, aceptó la responsabilidad por años de mala gestión de los subsidios para el cuidado de los niños, que llevó injustamente a miles de familias a la ruina financiera, en su mayoría, turcos y marroquíes.
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La renuncia en pleno se da tras una investigación parlamentaria que reveló que funcionarios de la Agencia Tributaria habían acusado injustamente a unas 10.000 familias entre 2013 y 2019 de haber cometido fraude al recibir préstamos del gobierno para el cuidado de sus hijos, por los que posteriormente se vieron obligadas a reembolsar decenas de miles de euros al Estado en plazos que a veces no superaban las pocas semanas, lo que llevó a muchas familias a la ruina.
La mayoría de estos grupos familiares estaban formados por ciudadanos de orígenes turcos y marroquíes. Orlando Kadir, un abogado que representa a unas de las 600 familias afectadas por el caso y que han presentado una demanda contra varios líderes políticos, asegura que estas familias fueron víctimas "de la elaboración de perfiles étnicos por parte de burócratas que eligieron sus nombres de apariencia extranjera".
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Muchas perdieron sus casas y trabajos para intentar reunir el dinero que les exigía la oficina de impuestos.
Se criminalizó a inocentes
Al presentar su renuncia, el primer ministro admitió que se había "criminalizado a personas inocentes" cuando los funcionarios estatales enviaron cartas a miles de familias, en las que se les acusaba, sin prueba alguna, de defraudar a la agencia tributaria del país.
Rutte reconoció que el informe de la comisión parlamentaria que investigó el escándalo de las ayudas a los padres es "duro, pero justo" y que las cosas "se hicieron terriblemente mal; sus vidas fueron destruidas y el Parlamento recibió información incorrecta e incompleta".
El mandatario lamentó que el gobierno no hubiera cumplido “con sus propios altos estándares" y valoró la situación como un "fracaso sistémico que no puede quedar sin consecuencias", una postura compartida por los cuatro partidos del gobierno de coalición.
Rutte pretende gobernar de nuevo
Tras conocer la dimisión del gobierno, algunas de las víctimas expresaron su opinión en los medios de comunicación nacionales: "Esto es lo correcto, no podría haber sido de ninguna otra manera. Estuve en la miseria durante 12 años de mi vida", comenta Kristie Rongen, quien relató que hubo días en los que sus hijos no tenían comida para llevar al colegio y que muchas veces temió que los servicios sociales se los llevaran.
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A pesar de la magnitud del escándalo, el gabinete de Rutte mantendrá sus funciones de manera provisional para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus y lo hará por lo menos hasta las elecciones del 17 de marzo, en las que la formación del mandatario, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), se muestra como favorito con un 30% de la intención de voto.
Rutte dijo este viernes que su dimisión como primer ministro no significa que se vaya a apartar del liderazgo del VVD en los comicios y aseguró que tiene “toda la confianza” en que seguirá como cabeza de lista de la formación para ser reelegido por tercera vez para gobernar el país.