El Político.- Venezuela se encuentra a siete días de unas elecciones a gobernadores, en las que el chavismo y sus adversarios se disputarán el poder en las regiones, un hecho que, sin embargo, ha convertido en inédita la campaña por insípida.
La portavoz para asuntos electorales de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Liliana Hernández, afirma que se trata de una “fiesta electoral en la calle”, de “una campaña de protesta”, y que la votación es “otro escenario de lucha”.
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Y es que esta elección se celebra pocos meses después de que el país se viera sacudido por una ola de protestas antigubernamentales que dejó más de 120 muertos y que culminó con la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) conformada solo por el oficialismo.
La ANC, en cuya elección no participó la oposición y que se la califica de “fraudulenta” por la alianza antichavista y desconocida por buena parte de la comunidad internacional, tiene como objetivo la redacción de una nueva Constitución.
Pero, hasta ahora, esta figura plenipotenciaria se ha ocupado de ejercer su poder para destituir funcionarios y aprobar normas que, de acuerdo con la oposición, solo han servido para que el presidente Nicolás Maduro consolide una dictadura.
La festividad que debería acompañar a esta campaña electoral también ha estado desprovista de motivación por parte de los ciudadanos, que hace unos meses salieron a las calles a protestar ardientemente contra el Gobierno de Maduro y que ahora observa con decepción que los 120 muertos quedaron arropados por los discursos proselitistas.
Con información de EFE