El gobierno cubano de Miguel Díaz-Canel decomisó este jueves, toneladas de ayuda humanitaria despachada a la isla caribeña desde Miami. El cargamento tenía como propósito brindar socorro a los cubanos afectados por el COVID-19.
El Político
Los donantes, en su mayoría representantes del exilio cubano y de las iglesias, denunciaron la incautación. En ellos el reverendo Mardoqueo Jiménez, de la Hispania Bible Church de EEUU, declaró con pesar que el envío fue robado por las autoridades cubanas.
La carga sería repartida entre varias iglesias para auxiliar a cerca de 15 mil familias. La misma consistía en detergente, jabón, mascarillas, guantes, toallas desinfectantes, tylenol y acetaminofén; pañales para niños y adultos, leche en polvo, barras de proteína y alimentos perecederos.
En la iniciativa denominada “Solidaridad entre Hermanos” participaban la coordinadora de CubaDecide, Rosa María Payá; el alcalde de Miami, Francis Suárez, y el influencer Alex Otaola, entre otros, quienes coordinaron la logística en territorio estadounidense para concretar tanto la colecta como su despacho a Cuba.
El gobierno cubano ha sido explícito al instruir que este tipo de auxilios humanitarios deben entregarse a entidades estatales oficialmente reconocidas por el régimen, el cual luego procede a su distribución e incluso su venta, tal como lo denuncian los contribuyentes.
Denuncian atentado a la libertad de cultos
Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia, declaró públicamente que el gobierno cubano incautó la mercancía y que así lo hizo saber a través de sus medios de comunicación oficiales.
Los representantes de Solidaridad entre Hermanos dijeron que se aprestan a demandar al régimen de Díaz-Canel por apropiación indebida de ayuda humanitaria y atentado a la libertad religiosa.
Paralelamente remitieron al Departamento de Estado un escrito y una lista de los funcionarios cubanos implicados en el decomiso para que sean sancionados.