El Político.- Camerata Euterpe es una de las muchas bandas callejeras que tocan música en las esquinas del Centro Histórico de la Ciudad de México, pero uno de sus integrantes la hacen particular: es de Venezuela, vive en México y es refugiado.
Luis Alberto Rey Cárdenas salió de su natal Caracas hace más de 18 años. Sus principios y valores lo empujaron a salir del país donde creció para encaminarse a México. "Como venezolano estoy haciendo mi granito de arena. No lo puedo hacer allá, pero lo puedo hacer aquí, el pueblo mexicano es como el venezolano: somos afines, tenemos las mismas situaciones complejas".
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"Me siento orgulloso de estar tocando aquí, y siento que pasan para mí, los mismos venezolanos, los mismos mexicanos somos hispanos", comenta el músico especializado en violonchelo y quien ha sido parte de orquestas como la Sinfónica Simón Bolívar y la Orquesta Nacional Juvenil, ambas las más reconocidas de Venezuela.
Huyendo del régimen chavista, Luis Alberto llegó a México hace ocho años con su familia buscando un nuevo comienzo y estabilidad para él, su esposa y su hija.
Ya en la Ciudad de México se enfrentó a nuevas batallas: falta de trabajo y su estatus migratorio, "aquí perdí el chelo cuando llegué. Yo trabajaba de valet parking porque no tenía chelo. Me tocó trabajar en diferentes cosas como lavar carros, personal de seguridad, de todo mientras me hacía para conseguir un chelo", dice.
Pasaron años para que Luis Alberto pudiera comprar un nuevo instrumento y volver a la música. Acompañado de Gustavo, Francisco y Berenice, tres jóvenes mexicanos a quienes conoció trabajando en un restaurante, formó el grupo Camerata Euterpe.
Uno de sus propósitos es romper el tabú de que la música clásica debe ser reservada para determinadas clases sociales, "yo dejé todo para hacer esta labor que me encanta", dice Luis Alberto quien siempre va acompañado de su violonchelo, "veo que es una labor necesaria para que todo el mundo, sin ningún tipo de distinción y ningún tipo de requerimiento o exigencia, pueda oír buena música".
En este sentido, la música no sólo unifica a la gente de diferentes estratos sociales, también ayuda a unir un país dividido como Venezuela. "Como venezolano estoy haciendo mi granito de arena. No lo puedo hacer allá, pero lo puedo hacer aquí, el pueblo mexicano es como el venezolano: somos afines, tenemos las mismas situaciones complejas", explica.
En ciertos aspectos, para Luis Alberto ver México es como ver el pasado de Venezuela, "México es 10 veces más grande que Venezuela y está viviendo la misma situación que nosotros tuvimos hace unos 40 años, que nos llevó hasta esto", dice y agrega que su música tiene un sentido de crear conciencia.