Valdimir Putin, presidente de Rusia, y su homólogo nicaraguense, Daniel Ortega están tratando de ampliar los lazos de las redes de crimen organizado de los dos países y Crimea juega un papel clave en esos planes.
El Político
Lo cierto es que la península funciona como un punto neurálgico para el tráfico de drogas y de armas entre América Latina el Europa.
Nicaragua es uno de los países que apoyó la ocupación militar de ese territorio ucraniano por parte de Rusia en 2014.
El jefe de la república satélite de Moscú de la península, Serguéi Aksiónov, informó que el régimen de Daniel Ortega nombró a Oleg Beláventsev, un diplomático ruso, como su cónsul honorario en Crimea.
Belavintsev, uno de los participantes activos en el intento de anexión rusa de Crimea, tiene una condena en Ucrania de 13 años de prisión por haber atentado contra la integridad territorial de ese y la inviolabilidad de sus fronteras, según reportó primerinforme
Un dato a considerar es que los intereses de Nicaragua y Rusia en Crimea van mas allá de solamente dar respaldo diplomático internacional a la acción ilegal ordenada por Moscú de invadir y anexionar un territorio extranjero. Putin quiere «acercar» a su órbita a la dictadura sandinista.
Una nota de Primer Informe revela que el intento conjunto ruso-nicaragüense de “legalizar Crimea” puede tener una dirección más de actividad: el suministro de drogas a través de la península hacia Europa y el comercio de armas con este dinero.
El crimen organizado ruso está en la búsqueda de otras rutas seguras para obtener drogas desde América Latina y como dudan de la longevidad de la dictadura de Nicolás Maduro, ya se han asegurado otro proveedor.
Esto también se ve respaldado por el hecho de que la Federación de Rusia no solo ha restablecido el suministro de armas a Nicaragua en los últimos años, sino que se ha convertido en su principal vendedor.
Vale recordar que durante los años 2014-2019, la venta total de armas y equipo militar rondó los 121 millones de dólares, que es mucho para un pequeño país latinoamericano. Por supuesto, la base de las ventas fueron los vehículos blindados T-72B1 y BMP-1 obsoletos de los almacenes o retirados previamente de las Fuerzas Armadas rusas,
Otro dato importante es que Rusia ha donado aviones y barcos que podrían utilizarse como medio ideal para transportar y proteger la “carga ilegal”, incluidas las drogas.
Además, este «producto» puede ser entregado a la Crimea ocupada sin ningún problema bajo la apariencia de amistad entre Crimea y Nicaragua, donde también se dispone de más «logística» controlada por los servicios especiales rusos.
Además, la propia Nicaragua ya está en esquema, ya que la mafia sudamericana utiliza tradicionalmente el territorio de este país como punto de tránsito en la ruta de suministro de drogas a Estados Unidos.
Y no es un secreto que los servicios especiales rusos ya han llevado a cabo una «inspección» oculta de las «instalaciones de producción de drogas y los puntos de tránsito» locales.
Mientras tanto, los delitos en la península están alcanzando un nuevo nivel, mientras Rusia entrega las actividades de organizaciones criminales y terroristas internacionales que representan una amenaza inmediata para todo el mundo civilizado.
Paradójicamente, Rusia apoyó militarmente a Nicaragua durante la revolución sandinista en los años 80 y, tras dejar Ortega el poder en 1990 -derrotado en elecciones- se enfriaron las relaciones.
La cooperación se reanudó con el retorno de Ortega al gobierno en 2007 con donaciones de trigo, autobuses y vehículos de Moscú a Managua y acuerdos contra el narcotráfico, que abarcan la construcción de un centro de entrenamiento para agentes antidrogas y 26 millones de dólares para atender desastres naturales.