El trato dado por la Casa Blanca a Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, y el apoyo bipartidista que recibió en el discurso del Estado de la Nación revisten una advertencia tácita a los países que aún brindan respaldo político y financiero a Nicolás Maduro, afirman expertos consultados por la Voz de América.
El Político
Guaidó, como punto culmen de una gira internacional que antes lo llevó a Colombia, Canadá y Europa, acudió ayer a la sede del poder ejecutivo estadounidense en Washington para reunirse en privado con el presidente Donald Trump.
En la víspera, el líder de la oposición venezolana acudió al Congreso para participar como invitado de la Casa Blanca en el discurso del Estado de la Nación, donde Trump le llamó “el presidente legítimo de Venezuela” y recibió ovaciones de pie en dos ocasiones de parte de todos los representantes del bipartidismo estadounidense.
Daniel Varnagy, politólogo de la Universidad Simón Bolívar, califica el encuentro entre Guaidó y Trump en la Sala Oval de la Casa Blanca de este miércoles como “un éxito diplomático notable y extraordinario” que no ha tenido precedentes en las últimas décadas en la política venezolana.
Opina que la reunión, aunada a las menciones y ovaciones de demócratas y republicanos en el Congreso durante el discurso del Estado de la Nación, el martes, anida esperanzas renovadas en el pueblo venezolano de que sí se logrará un cambio político interno.
Interpreta ambos hechos como una muestra clara al mundo de que Estados Unidos quiere y procurará a toda costa para Venezuela la recuperación de su democracia y el estado de derecho.
Varnagy no contempla los icónicos momentos de Guaidó en Washington como gestos mesiánicos, circunscritos exclusivamente a su figura.
“No vi solo apoyo a Guaidó como persona. Es un apoyo a la Asamblea Nacional venezolana, a su directiva legítima en un año electoral en el país. El apoyo bipartidista en Estados Unidos es la Asamblea, a la institucionalidad y al estado de derecho”, evalúa.
Varnagy recuerda que, históricamente, el bipartidismo en Estados Unidos ha apoyado las libertades democráticas en Venezuela, incluyendo su lucha por la independencia de España, hace dos siglos.
Esa cultura de respaldo democrático, subraya, sigue incólume y se ha reforzado en las últimas horas con el par de actos oficiales con Guaidó. “El apoyo trasciende la ideología de un partido”, acota.
El analista cree que el mensaje de Trump y del Congreso va dirigido, si bien al pueblo venezolano, además a los países y potencias extranjeras que apoyan la permanencia de Maduro en el poder.
Valora que el sostén político de Maduro depende de cinco grandes apoyos, aunque en distintos grados: Cuba, a quien apoda “la matriarca” del sistema madurista; China; Rusia; Turquía; e Irán.
Ellos, cree Varnagy, son los destinatarios principales del mensaje enviado por el stablishment norteamericano mediante sus tratos y palabras de apoyo a Guaidó.
Anticipa “un conjunto de medidas” que afectarán intereses políticos, económicos e ideológicos de los países guardaespaldas de Maduro.
Las decisiones, augura, serán parte de una escalada bajo el argumento del terrorismo internacional que alberga Venezuela, según Washington.
Interpreta que la respuesta de funcionarios venezolanos ante la muerte del general iraní Qasem Soleimani, en enero, dispararon la atención y el temor estadounidenses de que Venezuela sea “el origen de un nuevo terrorismo en América Latina”, como ocurrió en Argentina en los noventa.
Varnagy se declara “prudente” ante el accionamiento político que acarreará el éxito de la gira internacional de Guaidó dentro de Venezuela. Aplaca los clamores de victoria al madurismo.
“La diplomacia del siglo XXI, especialmente en Estados Unidos, no siempre convierte en acción lo que la gente sueña o desea”, dice, advirtiendo que es vital espantar “los fantasmas” de ataques con drones o estrategias militares inminentes de parte de Washington.
Fuente: VOA