El protagonismo del ex dignatario republicano Donald Trump se mantiene al margen de la política. Aunque algunos observadores estiman que todo podría cambiar en cualquier instante cuando ponga a operar su anunciada propia red social y se dé la partida a la campaña electoral para los comicios legislativos de 2022. Un adelanto de su muy probable aspiración presidencial otra vez que aún no ha descartado.
El Político
Las agencias noticias EFE y SWI fungen entre muchas observadoras de lo que pueda ocurrir en el ruedo político estadounidense. Fresco aún está el recuerdo sobre las críticas despiadadas que hizo Trump a líderes republicanos y muy especialmente a Mitch McConell y al ex vicepresidente Mike Pence por no haber defendido su tesis. Según esta, los demócratas le escamotearon su victoria presidencial en noviembre del año pasado.
EFE resume que luego de consultar a analistas republicanos y demócratas, en general convergen en afirmar que el bajo perfil de Trump desde que salió por la puerta trasera de la Casa Blanca y se instaló en Florida no quiere decir su desinterés en la política. Y que acaricia sus intenciones de regresar a ser postulado candidato en las elecciones pautadas para 2024.
El 20 de abril cuando lo consultó el periodista del canal Fox News de CNN Sean Hannity sobre sus futuras aspiraciones dignatarias, respondió tajante: “Estoy estudiando muy seriamente, más que seriamente. Pero por razones legales no quiero realmente hablar de eso todavía. Es demasiado pronto".
Trump, ¿siempre Trump?
Muy seguramente las decisiones que aspire tomar Trump las delegará en los resultados de las inclinaciones legislativas de la agenda del año próximo. Allí los republicanos querrán asirse del poder de ambas cámaras y en esto la contribución de Trump se calcula que será crucial.
Richard Tapia, un analista demócrata y profesor en la Universidad Miami Dade College, estima que Trump tiene "posibilidades serias" de conseguir la nominación republicana para competir por un segundo mandato interrumpido. Sin embargo no da por seguro que las corrientes republicanas internas encontradas puedan resolverse y hasta pueda surgir un nuevo candidato sin inclinaciones trumpistas. Y que hasta probablemente consiga dividir el voto republicano. O que sea el mismo ex presidente quien deba encarar fuerzas ubicadas incluso más allá de los límites republicanos.
Mientras esto curre, la red social Twitter le puso candado a los millones de seguidores de Trump en represalia por supuestamente motivar la violencia que derivó en el súbito asalto a la sede del Congreso Federal a principios de enero. Tras el suceso, el magnate y líder republicano anunció el establecimiento de la Oficina del Presidente número 45 para comunicarse por correo electrónico. Poco después causó revuelo al notificar que sus asesores trabajan en la construcción de su propia red social cibernética.
Los republicanos son su bastión
A sazón Trump comentó: "Me presento ante ustedes hoy para declarar que aquel viaje increíble que comenzamos juntos cuatro años atrás está lejos de haber terminado". Desairó a las fake news, que según las mismas, haría tienda aparte con un partido político distintivo. Pero para la frustración de muchos, aclaró su posición: "Tenemos el Partido Republicano que se va a unir y a ser más fuerte como nunca antes".
De su lado su ex secretario de Estado Mike Pompeo hace sus contribuciones y desde ya lanzó un programa de visitas programadas a los estados donde se visualiza que se generará protagonismo relevante durante las primarias republicanas programadas para 2024 con el respaldo propagandístico acordado con Fox News Channel.
Otro apoyo sustantivo le proporcionará su ex vicepresidente Mike Pence. Este arrancó un grupo de defensa política. Finalizó un contrato de libros y antes de terminar abril discurseará sobre política republicana en el estado de Carolina del Sur. Que será el primero de una campaña electoral en mientes. Adicionalmente el gobernador de Florida, Ron DeSantis, procura recaudar recursos financieros con la preparación de una majestuosa cena en la residencia de Trump Mar-a-Lago, Florida.