El dólar va de subida. Hacia el jueves de la semana pasada, la moneda estadounidense ganó valor por tercera jornada consecutiva y experimentó una crecida cercana al 1%.
El Político
La tendencia alcista, que se ha extendido por ocho semanas seguidas, representa la racha positiva más larga que vive la moneda en los últimos nueve años.
El fenómeno sugiere que, en Estados Unidos, la economía ha respondido positivamente a las medidas tomadas desde el Gobierno central.
Una de ellas tiene que ver con el incremento de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (FED).
Tal práctica, dicen analistas, podría prolongarse en el tiempo. Aunque desestimula el consumo, las subidas en las tasas de interés suelen atraer inversión extranjera.
Los buenos números aplacan las preocupaciones que surgieron semanas atrás, cuando el dólar parecía perder estatus como moneda de reserva mundial.
Las inquietudes se acrecentaron el mes pasado, tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS.
Luego de esa reunión, el bloque de cinco naciones anunció su expansión. Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí garantizaron su incorporación.
La entrada de esos países a la esfera de los BRICS hizo pensar que el yuan, la moneda oficial de China (uno de los miembros del grupo), empezaría a ganar peso.
El yuan, sin embargo, perdió terreno. La semana pasada cayó 0.2% para ubicarse en 7.32 unidades por dólar.
El bajón llevó a la moneda china a un territorio negativo que no había pisado, frente al dólar, en casi dos décadas.
Para frenar el declive, el Banco Popular de China ordenó, a las instituciones financieras del país, inyectar dólares en el mercado chino.
La entidad reguladora también instruyó restringir la liquidez en el extranjero, para contrarrestar las posibles apuestas en corto.
“El yuan probablemente seguirá bajo una presión significativa, antes de que el crecimiento económico encuentre un piso”, indicó Tommy Wu.
El experto, quien se desempeña como analista senior para China de Commerzbank AG, cree que el gigante asiático no buscará frenar en seco la depreciación de su moneda.
Para el especialista es probable que el Banco Popular opte por desacelerar la pérdida de valor, “en lugar de defender un nivel absoluto”.