Ahora el magnate republicano ofrece emplear una política de deportaciones que se asemeja a la que aplica el presidente Barack Obama, cuya ‘suavidad’ con los indocumentados simpre cuestionó.
En los últimos días, la campaña de Donald Trump ha enviado señales contradictorias sobre su política de inmigración, pero en un tema se ha mantenido firme: la necesidad de expulsar a los inmigrantes que son "criminales".
Durante un cabildo abierto transmitido por Fox News entre martes y miécoles, Trump dijo que está abierto a "relajar" las leyes relacionadas con los migrantes indocumentados. Su cambio de opinión sobre el tema se produjo después de una reunión con líderes hispanos el sábado, cuando les dijo que planea lanzar una nueva política de inmigración que podría incluir la legalización de algunos inmigrantes indocumentados.
Ante Fox News, Trump reiteró su plan, aún no específico, de concentrarse en los inmigrantes criminales. "Lo primero que vamos a hacer, siempre y cuando gane, es deshacernos de todos los malos", dijo.
Pero, ¿a qué tipo de delitos se podría estar refiriendo Trump? Los expertos dicen que definir "inmigrantes criminales" es problemático, en parte debido a la amplia gama de delitos que pueden provocar la deportación – incluyendo el simple hecho de entrar al país de forma ilegal.
El enfoque en criminales
Aunque Trump ha continuado manifestándose en contra de los llamados inmigrantes criminales, en realidad el gobierno del presidente Barack Obama ya ha hecho de este tema la pieza central de su enfoque en el cumplimiento de la ley. Las autoridades migratorias deben priorizar a aquellos que han cometido delitos graves, tres o más delitos menores, y delitos menores causantes de deportación, entre otras infracciones, como se detalla en un memorando del Departamento de Seguridad Nacional.
"Vamos a seguir enfocando el cumplimiento de la ley en las amenazas reales a nuestra seguridad", dijo Obama en noviembre de 2014. "Criminales, no familias. Criminales, no niños. Miembros de bandas, no madres que trabajan duro para mantener a sus hijos."
Pero eso no siempre funciona en la práctica: la mayoría de los casos de deportación no involucran delitos graves. Desde octubre de 2015 hasta julio de 2016, el 84% de los casos de deportación en los tribunales se derivaron de infracciones migratorias, según el Centro de Acceso a Documentos Transnacionales (TRAC, por sus siglas en inglés).
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E incluso aunque los inmigrantes sean detenidos por la policía sin ser acusados, por ejemplo, por una infracción de tránsito, corren el riesgo de ser deportados. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) puede solicitar cárcel para mantener a los inmigrantes indocumentados en custodia para trasladarlos a los centros de detención de inmigrantes – y potencialmente deportarlos. Aproximadamente la mitad de las solicitudes de ICE de cárcel para inmigrantes son para personas sin antecedentes penales, según descubrió TRAC.
Los defensores de los inmigrantes han criticado a la actual administración por enfocarse en inmigrantes sin antecedentes penales graves y han denominado a Obama el " deportador en jefe" pues su administración ha deportado más inmigrantes que cualquier otro presidente.
"No tenemos que esperar a que la ‘Fuerza de Deportación’ del presidente de Trump entre en acción", escribió el prominente abogado de inmigración Mateo Kolken en su blog.
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