Vladimir Putin cambió el liderazgo en la guerra de Ucrania. Sergei Surovikin, apodado el "carnicero de Siria", es el nuevo comandante en jefe de la "operación militar especial" que debe darle a Rusia éxitos militares con mano dura.
El Político
En las redes sociales, el general de 56 años es llamado a menudo "carnicero de Siria", "caníbal" o "general Armagedón". Dirigió las fuerzas rusas en la guerra de Siria en 2017 y en 2019.
¿Quién es Serguei Surovikin?
Serguei Surovikin, nativo de Novosibirsk, asistió a la escuela militar superior de Omsk en 1987 y luchó en la guerra de Afganistán.
En 1991 participó en el fallido golpe de Estado contra el presidente Mijaíl Gorbachov.
Como comandante de fusilería, ordenó a sus soldados que arrollaran con tanques a tres manifestantes que habían levantado barricadas en la carretera.
Esto le llevó a estar entre rejas durante seis meses. En ese momento negó su responsabilidad argumentando ante la fiscalía que sólo había cumplido órdenes, informó DW.
Prosiguió con éxito su carrera en el Ejército ruso. Entre otras cosas, Surovikin cumplió una misión en la Segunda Guerra de Chechenia, en 2004 y 2005.
Y en octubre de 2017 se convirtió en comandante en jefe de la Fuerza Aérea rusa.
¿De qué lo acusan las organizaciones de DDHH?
Las organizaciones de DDHH acusan a Surovikin de ser responsable de crímenes de guerra en Siria y de aterrorizar a la población civil.
Según Human Rights Watch, hizo bombardear hospitales en la provincia de Idlib, aunque se sabía que había muchos niños allí.
También se le acusa de haber aprobado, si no ordenado, ataques con gas químico contra civiles en Siria.
Además, se le atribuye la responsabilidad del bombardeo de la ciudad de Alepo, que la aviación rusa redujo a escombros en 2016.
Su accionar en Siria le valió la medalla de "Héroe de Rusia" en 2017, concedida por el propio Putin.
“Surovikin hizo una carrera estelar en los escalones más altos del Estado Mayor General y el Ministerio de Defensa después de 2008, durante la reforma militar radical que requería crueldad”.
Así lo detalla el informe de HRW. Destaca que su “disposición para ejecutar enérgicamente cualquier orden derrotó cualquier pregunta potencial sobre su currículum vitae, lleno de altibajos”.
El dossier nombra a 10 altos funcionarios civiles y militares sirios y rusos que sabían o deberían haber sabido acerca de estos abusos y no tomaron medidas efectivas para acabar con ellos o castigar a los responsables.
Lo que allí se vivió, con el general al mando, fue catalogado reiteradamente como crimen de guerra, aunque nadie ha pagado las consecuencias.
Estrategia militar deliberada
Ataques ilegales aéreos y terrestres contra hospitales, escuelas y mercados, que afectaron gravemente los derechos a la salud, la educación, la alimentación, el agua y la vivienda, provocando desplazamientos en masa.
“Los repetidos ataques ilegales parecen formar parte de una estrategia militar deliberada para destruir la infraestructura civil y expulsar a la población, facilitando al gobierno sirio recuperar el control”, decía HRW.
Si cambiamos sirio por ruso nos sale el escenario actual, que nadie sabe cuánto durará, cuánto se podrá aguantar.
Sólo se sabe que estremece, por la “brutalidad y corrupción” que anticipa. Entonces se usaron bombas de racimo, de barril, incendiarias…
“Siria fue la escuela de guerra de Rusia para luego invadir a Ucrania”.
Así lo dijo en marzo a la BBC Jennifer Cafarella, jefa de gabinete del Instituto para el Estudio de la Guerra y miembro visitante del Instituto de Seguridad Nacional de EEUU.
Surovikin y la Guerra en Ucrania
El nombramiento de Surovikin como comandante en jefe de la fuerza de invasión rusa en Ucrania fue muy bien acogido por todos aquellos que en Rusia querían ver una acción más dura, tras los recientes reveses sufridos por el Ejército ruso en el este ucraniano.
El primero en alegrarse fue el hombre fuerte de Putin en Chechenia, Ramzan Kadyrov.
A finales de junio, Serguei Surovikin logró capturar la ciudad de Severodonetsk, en el Donbás, tras largas batallas y miles de bajas.
Margarete Klein, experta en política militar y de seguridad de Rusia en la Stiftung Wissenschaft und Politik, sostiene que el reciente nombramiento como jefe de toda la fuerza de invasión encaja con la estrategia de escalada del presidente ruso, Vladimir Putin.
Efecto psicológico en Ucrania
Agrega que la intención es lograr un efecto psicológico en Ucrania, desmoralizarla y disuadirla. Klein también espera que el ejército ruso bajo el mando de Surovikin ataque muchos más objetivos civiles que antes.
Según Margarete Klein, que ahora tenga éxito como comandante en jefe depende sobre todo de que consiga mejorar la coordinación dentro del ejército ruso.
Previsión fatalista
“En el día 229 intentan destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra. Completamente. Destruir a nuestra gente que está durmiendo en casa, en Zaporiyia. Matar a la gente que se dirige al trabajo, en Dnipro y Kiev”.
Así lo señaló el presidente Volodimir Zelenski, cuyo llamado no puede ser etiquetado como exagerado, reportó HuffingtonPost.
Las imágenes que hoy ha dejado la guerra de Ucrania no son de una contienda, sino de una carnicería: edificios residenciales reventados, coches de particulares ardiendo, civiles sin vida sobre la acera. Ni tanques, ni aviones ni uniformes.
La previsión es fatalista: la nueva fase en que ha entrado la guerra, tras la anexión ilegal de cuatro regiones ucranianas por parte de Rusia y el reclutamiento masivo de reservistas, anunciaba un redoble en la invasión, iniciada por Moscú el 24 de febrero.
La venzanza de Putin
Más aún: el sábado, Ucrania atacó el puente Kerch de Crimea, un símbolo de la anexión de este territorio ucraniano por parte de Rusia, dejando en evidencia a los de Vladimir Putin, que prometió venganza.
Y ese mismo día, Putin anunciaba el nombramiento de un nuevo jefe supremo de su ejército en Ucrania, el general Sergei Surovikin.
Un golpe sonrojante y un verdadero carnicero a los mandos. La suma perfecta para la espiral de violencia de las últimas horas.
Advierten que Surovikin es peligroso en extremo
Surovikin es peligroso en extremo y lo ha demostrado a lo largo de su carrera.
Polémico, colérico y defensor de la mano dura, es conocido por sus órdenes brutales sobre todo en Siria, donde destacó precisamente por atacar objetivos civiles, no militares, causando una destrucción y una debilidad formidables.
Surovikin ha sido designado para dar un impulso a la contienda cuando está estancada o, peor, es Rusia quien pierde territorio conquistado en el noreste y el sur, gracias al armamento extranjero que le llega a Kiev.
También por los propios errores de planificación, logística, estrategia o cadena de mando de la propia Rusia, algo que ha generado importantes críticas internas contra Putin.
La especialidad del "carnicero"
El jefe de la inteligencia militar ucraniana, después de uno los ataques contra objetivos civiles, ha enfatizado que “Surovikin sabe luchar con bombardeos y misiles; esto es lo que sabe hacer”.
"Y eso es lo que se espera", afirmó.
Ya venía de un ascenso previo, ya que en julio reemplazó como responsable de la agrupación militar del sur de Rusia al general Alexander Dvornikov, otro conocido carnicero en Siria, quien parecía haber perdido la confianza de Putin tras los lentos avances y las grandes pérdidas en Ucrania.
A él se debían, según fuentes del Kremlin citadas por la prensa internacional, la mejora en el sur durante el verano.
Ahora ha tenido el ascenso final y sus planes, según el portal ruso editado en inglés Meduza, son los de “lanzar ataques con misiles a gran escala contra infraestructuras de Ucrania”, incluyendo las civiles.
Este lunes, Zelenski confirmó que la diana de los ataques de las últimas horas estaban en infraestructuras energéticas y en los ciudadanos de a pie.
Aseguraba que la incursión de las tropas de Putin para defender a Assad sirvió no sólo de entrenamiento, sino también “para adiestrarse en utilizar armamentos y practicar algunas de las tácticas y planteamientos de guerra que ahora se ven en Ucrania, salvando las distancias entre la magnitud de los dos conflictos”.
La entrada en liza del general de Siberia hace temer que las magnitudes, ahora, se aproximen.
Reorganización general
Rusia ha estado reorganizando sus fuerzas en Ucrania mientras intenta contener las pérdidas que ha sufrido como resultado de una vigorosa contraofensiva ucraniana, fruto de la ayuda aliada y del tesón de su propia resistencia, deméritos del contrario aparte.
Los jefes de dos de las cinco regiones militares en las que está dividida Rusia han sido reemplazados esta misma semana.
El cambio del general era necesario para mostrar refresco, savia buena, en un momento de enormes críticas para él mismo y su estamento militar.
Los analistas creen que se trata de concentrar en una zona concreta, el sur o sureste, que es donde más poblaciones se están perdiendo, cuando es un territorio crucial para mantener el pasillo entre Rusia y Crimea, pasando por el Donbás, y controlar de paso el Mar Negro.
“Puede ser Luhansk, puede ser Donetsk, puede estar en el sur. Lo que estamos viendo es una reducción de la operación de Rusia”, señala a Al Jazeera Alexandre Vautravers, de Swiss Military Review.
Las fuerzas rusas fueron expulsadas de gran parte de la región nororiental de Jarkov a principios de septiembre, por una contraofensiva ucraniana que permitió a Kiev recuperar miles de kilómetros