Este pasado jueves ocho de febrero la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya anunció la apertura de un examen preliminar contra el presidente Nicolás Maduro por crímenes de lesa humanidad.
Quien velará por el caso será la fiscal jefe de la Corte, Fatou Bensouda, quien dejó claro que ha seguido “de cerca” la crisis en Venezuela.
No se trata aún de una investigación, sino del proceso preliminar para determinar si se debe proceder con una investigación. No obstante, luego de varios años de demandas contra la dictadura venezolana, finalmente se da el segundo paso decisivo para que eventualmente la Corte Penal Internacional actúe.
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En un video, Bensouda aseguró que la Corte Penal Internacional tomó la decisión luego de una “revisión independiente e imparcial de numerosos informes”. Y se enfocará en analizar los crímenes y excesos que se cometieron durante las manifestaciones opositores a partir de abril del 2017.
Desde su cuenta de Twitter, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, celebró la decisión de la Corte Penal Internacional. Aseguró que la “medida es bienvenida por todos aquellos que aspiran el fin de la impunidad y el logro de la justicia”.
Cuando a mediados de enero el presidente del ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Maikel Moreno, visitó la Corte Penal Internacional y se reunió con la presidenta, Silvia Alejandra Fernández de Gurmendi, la desesperanza se regó, sobre todo por el historial de la argentina.
Pero ahora mucho recae sobre Fatou Bensouda, la fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, puesto que su palabra es decisiva. Este es su perfil:
¿Quién es Fatou Bensouda?
De acuerdo con el diario El Confidencial, Bensouda “es la mujer más temida por los criminales de guerra”. “Imparable, si se trata de hacer justicia”, se lee en el medio. Muchos reconocen su temple a la hora de buscar dictadores y delincuentes.
Nació en Gambia, al oeste de África. Se crió en el seno de una familia musulmana y polígama. Estudió derecho en Nigeria y regresó a su país en 1987 para desempeñarse como abogada.
Continuó desenvolviéndose en la academia y logró obtener un máster en Derecho Marítimo Internacional y Derecho del Mar. Se convirtió, entonces, en la principal experta en Gambia en esa área.
Fue escalando poco a poco en su país: directora general de un banco comercial, Consejera del Estado, fiscal general, directora adjunta del Ministerio Público, procuradora general, secretaria jurídica de La República, fiscal general y ministra de Justicia hasta su despido en el año 2000 (cargo que la somete a la polémica, ya que el presidente era Yahya Jammeh, denunciado por violaciones a derechos humanos). Todos logros conseguidos en un plazo de 20 años.
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Asimismo, sus estudios en Derecho Marítimo también le permitieron ejercer el puesto de asistente de la Organización de Naciones Unidas en esa área.
Fue abogada, acusadora del Tribunal Penal Internacional para Ruanda que fue creado en 1994 para juzgar el denominado Genocidio de Ruanda, cuando el Gobierno hutu ejecutó el asesinato de miles de miembros de la etnia tutsi.
Fatou Bensouda también formó parte de las negociaciones sobre el Tratado de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental, en el Parlamento de África Occidental y el Tribunal ECOWAS.
A principios de siglo, Bensouda se mudó a La Haya, donde empezó a crecer profesionalmente. En el año 2004 asumió como segunda fiscal de la Corte Penal Internacional y empieza a desenvolverse en el tribunal de justicia ubicado en Países Bajos.
Se inclinó a favor de los crímenes de género, la violencia sexual y las arbitrariedades contra las minorías y diferentes etnias. De igual forma, ha insistido contra las violaciones de derechos humanos perpetradas por Estados contra individuos.