La mundialmente famosa plataforma de mensajería Telegram ha sido objeto de una investigación. Al parecer, su seguridad y privacidad estarían comprometidas, al filtrase contenidos privados de manera pública.
El Político
La BBC del Reino Unido viene investigando a Telegram desde hace varios meses. Su interés es verificar qué tan privados y seguros se mantienen los contenidos que allí se publican.
La investigación encontró extensos grupos y canales compartiendo miles de grabaciones secretas e imágenes robadas o filtradas, de mujeres en al menos 20 países.
Paradójicamente, uno de los valores agregados que ofrece Telegram a sus usuarios es su alta seguridad y privacidad, en comparación con otros servicios de mensajería.
Diálogo interno
La BBC logró contactar a cinco moderadores de contenido de Telegram. Ellos, bajo la condición de anonimato, accedieron a conversar.
Los moderadores explicaron que reciben reportes de usuarios, por vía de un sistema automatizado. Luego los clasifican como "spam" o "no spam".
Comentaron que en su jornada laboral no buscan imágenes íntimas de forma específica. Aclaran que Telegram tampoco lo hace, a través de algún sistema de inteligencia artificial.
Más investigación
Debido a la filtración de contenidos privados de forma pública, la investigación se profundizó. Había que encontrar hasta dónde se compromete la seguridad y privacidad de los contenidos del servicio de mensajería.
En este sentido, la BBC ha estado monitoreando 18 canales en Telegram y 24 grupos en varios países. Entre ellos están Rusia, Brasil, Kenia y Malasia. En estos existen casi dos millones de suscriptores.
La privacidad depende del usuario
Se pudo detectar que administradores de grupos piden a sus miembros fotos íntimas de sus exnovias, colegas y compañeras de clase.
Luego las envían a una cuenta automatizada. Así pueden publicarse sin revelar la identidad del que las hace públicas.
Aquí se aprecia —claramente— que el problema de la vulnerabilidad en la seguridad y privacidad de la aplicación está en la manera como sus usuarios hacen uso de ella.
Si alguien entrega un archivo privado, cualquier cosa puede pasar con su contenido. Pero si y solo si es entregado por algún suscriptor.
Configuración delicada
Telegram posee una gran reputación gracias a su privacidad y seguridad. Sin embargo, únicamente la opción de "chat secreto" ofrece cifrado de extremo a extremo. Esto aseguraría que solo las dos personas conversando tengan acceso a los mensajes.
En el caso de aplicaciones de la competencia, como Signal y WhatsApp, ambas poseen esa configuración por defecto.
Reglas flexibles
Telegram no tiene una política para controlar o filtrar de forma rigurosa la distribución de imágenes íntimas o subidas de tono.
En sus términos de uso —simplemente— pide a sus usuarios que se comprometan a no publicar contenido pornográfico o ilegal, en canales o bots públicos.
La aplicación también incorpora una herramienta para que los usuarios puedan reportar la existencia de pornografía. Esto aplica en grupos públicos, privados y canales.
Un caso emblemático
Telegram fue retirada temporalmente de la tienda en línea de Apple, App Store. Esto debido a que la plataforma estaba siendo utilizada para la distribución de pornografía infantil.
Sin embargo, otras plataformas como Twitter difunden contenidos comprometedores con absoluta libertad. Sus controles y restricciones van más al ámbito político y electoral.
Los orígenes
Telegram fue creada por un empresario ruso en 2013. Pronto se convirtió en una plataforma de uso habitual para grupos defensores de la democracia. Esto sobre todo en países donde las libertades están comprometidas, como Hong Kong, Bielorrusia, e Irán.
Por tratarse de una aplicación que protege el anonimato, su popularidad se ha extendido hacia sectores criminales.
La mejor privacidad y seguridad
La única manera de asegurar la seguridad y privacidad de los contenidos es que los usuarios sean responsables de lo que suben y publican en la plataforma.
Si no se quiere mostrar un contenido en particular, lo mejor es no subirlo. De esta manera no hay posibilidad de que los contenidos terminen expuestos públicamente.
Cualquier usuario de un servicio de mensajería debe asumir la responsabilidad y las consecuencias de exponer contenidos.
El problema no está en la plataforma, sino en el uso que se haga de ella. Es el mismo caso de las Redes Sociales. Ellas pueden prestar un gran servicio a la colectividad. Pero esa misma colectividad puede hacer un uso dañino y perjudicial de esa tecnología.