En Nicaragua pasa algo muy extraño con la pandemia del coronavirus de Wuhan, el régimen de Daniel Ortega no ha tomado medidas relevantes para evitar que la pandemia se propague, y según la cifra oficial del ministerio de Salud de ese país, sólo ha fallecido 8 personas por el COVID-19.
El Político
No obstante, ahora hay unos extraños entierros a la medianoche que tienen a la expectativa a los nicaragüenses.
Una de las afectadas, María Mercedes Hernández, narró a VOA lo que ocurrió cuando su esposo murió, el profesor docente universitario Henry Quintanilla, (52 años).
Hernández está convencida que su esposo falleció a causa de la COVID-19, sus sospechas la basa "en los síntomas de la enfermedad que presentaba Quintanilla, así como también en la forma cómo el Ministerio de Salud manejó su sepelio".
La nicaragüense aseguró a VOA "haber sido obligada a enterrar a su esposo a las 12 de la noche, inmediatamente después de su fallecimiento, sin velatorio ni ningún tipo de ceremonia religiosa, como se acostumbra en su país".
Hernández narró: “A mí me obligaron a enterrarlo a las doce de la noche y el murió a las seis de la tarde. Me lo entregaron empacado en una bolsa negra, fumigado dentro de la caja, y del hospital directo al cementerio. A las doce de la noche lo estábamos enterrando”.
Quintanilla, era diabético, vivía con su esposa y su hijo, laboraba en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, visitó el hospital privado Bautista varias veces y le recetaron solamente medicinas para faringitis.
Su esposa expresó, "el 7 de mayo empeoró, y a los doctores no les permiten poner el nombre exacto; ellos siempre ponen neumonía atípica, pero estoy segura que él murió de coronavirus”.
En el cementerio general de Managua nadie quiso declarar a la VOA.
Uno de cientos denunciados
Pero, Henry Quintanilla no fue el único occiso a quien enterraron rápidamente a medianoche, muchos nicaragüenses han denunciado esa situación en todo el país.
Además," imágenes de camionetas del Ministerio de Salud de Nicaragua con ataúdes, trabajadores con trajes plásticos y entierros clandestinos, se vuelven cada vez más comunes", destaca el portal informativo de EE.UU.
Al ser consultados vendedores de flores y sepultureros del cementerio, ellos aseveraron que si han visto extraños entierros a la medianoche, pero no dicen nada por temor al régimen represivo de Daniel Ortega.
Además esta misma situación se repite en los diferentes estados de Nicaragua.
Así VOA conoció que "en el departamento de Chinandega, en el noroeste, familiares de Alberto ‘Paraíso’ Mendoza, considerado uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos del sóftbol en Nicaragua, denunciaron que el deportista falleció luego de padecer síntomas de COVID-19."
El deportista fue sepultado por personal del Ministerio de Salud, un familiar comentó, “Solo pidieron la caja y nos dieron tres horas para el trámite, y se logró enterrar en donde él tenía un terreno y no en una fosa común”.
El epidemiólogo Leonel Argüello explicó que "solo existen tres enfermedades cuyos cadáveres pueden ser altamente infecciosos: El ébola, el cólera y el COVID-19".
Sobre lo que sucede en Nicaragua, el experto en epidemias aseveró, “Un cadáver normalmente a las 48 horas no es infeccioso, entonces perfectamente se puede hacer una vela con un cadáver que no sea COVID-19. En este caso, como no hay ébola porque eso es en África y no hay muertos por cólera, entonces tienes que pensar que todos esos que se entierran allí son COVID-19”.
Cabe destacar que cuando empezó la pandemia, en Nicaragua el Ministerio de Salud estableció un protocolo para enterrar a quienes murieran de COVID-19: sin velatorio, ni funeral, y el cadáver debía ser entregado en urnas selladas para ser enterrados inmediatamente.
En Nicaragua toda la información de los casos de coronavirus lo maneja el gobierno, además no toman medidas de aislamiento ni cierran el país porque su economía es muy débil.
Mientras,Ongs independientes como el Observatorio Ciudadano de COVID-19 en Nicaragua, realizan la investigación y seguimiento de los casos y sus cifras son diferentes a la dadas por el gobierno.