El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a recurrir a Twitter, a las mayúsculas y a los signos de exclamación para anunciar iniciativas estratégicas contra Irán, reseñó El Mundo.
El Político
"¡He dado instrucciones al Departamento del Tesoro para que aumente las Sanciones sobre el país de Irán!" ha tuiteado el jefe del Estado y del Gobierno estadounidense en esa red social a las 9 menos 7 minutos de la mañana de Washington. Pero no ha dado más detalles, detalló el portal.
El anuncio llegó justo unos minutos antes de que el presidente estadounidense anunciase el nombramiento de Robert O’Brien, hasta ahora embajador para la liberación de rehenes, nuevo consejero de Seguridad Nacional. O’Brien ha alcanzado cierta notoriedad por la surrealista misión que le llevó a Suecia en julio a ‘negociar’ con las autoridades judiciales de ese país la ‘liberación’ del rapero A$AP -amigo de Kim Kardashian y Kaye West, a su vez amigos del presidente-, que había sido encarcelado por participar en una trifulca callejera. O’Brien ha calificado a Trump de "el mejor negociador para la liberación de rehenes de la Historia de EEUU".
La llegada de O’Brien en sustitución del duro John Bolton abre un periodo de incertidumbre en la crisis de EEUU y Arabia Saudí con Irán. EEUU ha descartado la guerra. Y parece optar por las sanciones. Según el diario The Wall Street Journal, Washington está estudiando la posibilidad de plantear una Resolución ante Naciones Unidas para sancionar a Irán, aunque es incierto que esa medida saliera adelante. De hecho, la mayor parte de los países se han abstenido de hacer declaraciones de tono beligerante tras el ataque a los complejos petroquímicos saudíes de Abqaiq – el mayor del mundo – y de Khurais, el sábado.
La cuestión es qué le queda a Estados Unidos por sancionar en Irán. Desde que hace algo menos de un año y medio Washington rompió el acuerdo con ese país en virtud del cual Teherán se había comprometido a ‘congelar’ durante casi tres décadas su programa nuclear, EEUU ha ido extendiendo sus sanciones a la práctica totalidad de la economía iraní. Estados Unidos ha prohibido en la práctica la compra de petróleo iraní y también de metales producidos en ese país, lo que supone las dos principales partidas exportadoras.
Washington también ha prohibido al Gobierno de ese país comprar oro y metales preciosos en los mercados internacionales, ha tratado de cortar todos los vínculos de ese país con el sistema financiero internacional, y ha sancionado a cientos de personas, empresas, áreas del Estado y hasta altos cargos del Gobierno de Irán. Aun así, las sanciones no son completas. Irán, por ejemplo, exporta entre 300.000 y 500.000 barriles de petróleo diarios, lo que supone un descenso de entre el 81% y el 89% en relación a sus niveles previos a la ruptura del acuerdo nuclear por Estados Unidos.
Estados Unidos tiene la capacidad de imponer esas sanciones gracias a que es el centro del sistema financiero mundial, con lo que cualquier entidad, pública o privada, que las viole, puede ver cerrado su acceso a al mercado estadounidense, lo que en la práctica supondría que no podría llevar a cabo operaciones internacionales. Washington puede congelar los activos de empresas públicas o de Estados que violen las sanciones, y, también, actuar contra otras entidades que considere facilitadoras de esas operaciones. "Por ejemplo, si una empresa china importa petróleo de Irán, EEUU podría sancionar a esa empresa más a cualquier entidad – pongamos por caso, un banco chino – que considere que ha contribuido a la operación", explica un experto de un ‘hedge fund’ de Wall Street.
Así pues, en principio, a EEUU no le queda mucho que prohibir en términos de comercio con Irán. Pero en la práctica, sin embargo, sí tiene margen de actuación. "Las sanciones no son totalmente claras, y, técnicamente, no todas las entidades bancarias iraníes, ni tampoco todas las exportaciones de metales, son blancos de éstas", explica una persona con conocimiento de la situación. La razón, según esa tesis, es que "Estados Unidos trata de operar creando una situación de incertidumbre y temor generalizado entre todos los potenciales socios y clientes de Irán". Esa ambigüedad legal podría ser reducida fácilmente si el Tesoro de Estados Unidos impusiera sanciones específicas. Pero eso también recortaría el margen de maniobra de Washington con Irán.
Un posible blanco de las sanciones de Washington podría ser Europa. En junio, la UE creó, bajo los auspicios de Gran Bretaña, Francia y Alemania, el INSTEX (Instrumento de Apoyo de Intercambios Comerciales, por sus siglas en inglés), que en la práctica es un sistema de trueque en virtud del cual las empresas europeas y sus contrapartes iraníes no emplean dinero en sus intercambios. INSTEX se limita a medicinas, equipos médicos, y alimentos, que son tres áreas que teóricamente no están afectadas por las sanciones de EEUU, aunque este miércoles informaciones que no pudieron ser verificadas indicaban que pequeños bancos italianos, alemanes y franceses podrían estar interesados en entrar en el sistema. Sin embargo, hasta la fecha nadie ha aclarado si INSTEX ha sido empleado en transacciones con Irán o no.
Las sanciones estadounidenses han tenido un impacto devastador en la economía de Irán. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha calculado que el PIB de ese país caerá este año un espectacular 6%, aunque el declive podría ser todavía mayor, según explica en conversación telefónica Adnan Mazarei, analista del think tank Instituto Peterson para la Economía Mundial y ex subdirector para Oriente Medio y Norte de África del FMI. La inflación es del 42%, pero, según Mazarei, Teherán "ha conseguido salvar el tipo de cambio", de modo que el rial no se ha desplomado. Este experto considera que la economía iraní tiene puntos fuertes a su favor, entre ellos el hecho de que se trata de "un país de ingresos medios y con un actividad productiva diversificada", concluye el reportero Pablo Pardo.
Fuente: El Mundo