El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros elementos de peso del Partido Demócrata expresaron la semana pasada su deseo de introducir un cambio importante. A saber, una reordenación del calendario de elecciones primarias presidenciales.
Alejandro Armas/El Político
Cabe recordar que los dos grandes partidos norteamericanos no hacen sus comicios internos a nivel nacional en un solo día. En una jornada, se vota en un estado. En otra jornada, se vota en otro estado. Y hay días en los que varios estados llevan a cabo votaciones. El proceso se extiende por varios meses. Quien gane más delegados de estados es nominado a la presidencia durante la Convención Nacional del partido.
Por décadas, se ha mantenido un cierto orden cronológico, en el que los mismos estados, elección tras elección, votan primero. Ello les da un peso desproporcionado en la selección, pues quienes no obtienen delgados de esos estados se van retirando. ¿Cómo cambia las cosas lo que plantea Biden? ¿Cómo lo podemos interpretar? Veamos.
Diversidad vs homogeneidad
Tradicionalmente, los dos primeros estados en votar son Iowa y Nueva Hampshire. Ambos son relativamente poco poblados y sus habitantes son más de raza blanca que el promedio nacional. Por ello, los detractores del orden cronológico de primarias se quejan de que el peso que se les da en la determinación de candidatos es excesivo, ya que no reflejan la demografía del país entero.
Ese es el argumento principal detrás de la modificación que Biden espera lograr. Como alternativa, el Presidente plantea que Carolina del Sur tenga el primer turno. Este estado tiene un porcentaje de población afroamericana mayor al de Iowa y Nueva Hampshire, por lo que sería más representativo en una primaria.
Como era de esperarse, en Iowa y Nueva Hampshire hay descontento con la propuesta. Los capítulos del Partido Demócrata en ambas entidades la rechazaron sin miramientos. Sostienen que los demócratas deberían ser capaces de atraer votantes blancos suburbanos y rurales, como los que componen la mayoría de la población en estos dos estados, si aspiran a seguir ganando elecciones nacionales.
De todas formas, la reforma no depende de la voluntad de Biden. Tiene que ser aprobada por el Comité de Reglas del partido y luego por el pleno del Comité Nacional Demócrata.
Segundas intenciones
Cuando Biden se midió en las primarias demócratas de 2020, al principio no le fue nada bien. En Iowa quedó de cuarto. En Nueva Hampshire, de quinto. Después de estos dos resultados, se llegó a pensar que su precandidatura estaba condenada.
Pero entonces le tocó el turno de votar a Carolina del Sur, cuya primaria Biden ganó. A partir de ahí, cogió impulso hasta dejar atrás a sus rivales, como los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren. Finalmente, obtuvo la nominación del partido.
No faltan quienes notaron que Biden quiere dar el primer lugar en el calendario de primarias al estado que cambió su suerte. Los argumentos del Presidente sobre diversidad étnica en Carolina del Sur pueden ser válidos o al menos dignos de discusión. Pero la política rara vez es movida por razones puramente altruistas.
Como mínimo, el cambio indica que efectivamente Biden aspira a un segundo mandato, muy a pesar de las objeciones de algunos demócratas. Está previsto que el Presidente anuncie una decisión definitiva al respecto a principios de 2023.