La estrategia de máxima presión al régimen de Maduro por parte de Donald Trump no contribuyó con el restablecimiento de la democracia en Venezuela. ¿Qué debería hacer Biden con Venezuela?
El Político
Así lo afirmó el director del Centro para el Desarrollo Internacional en la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann.
El economista venezolano hizo estas reflexiones en un artículo publicado en El Confidencial.
Hausmann agregó que los esfuerzos de la administración de Trump tampoco ayudaron a resolver la catastrófica crisis económica y humanitaria de Venezuela.
Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB de Venezuela en 2020 cayó más de 75% por debajo de su nivel en 2013.
Se trata de un colapso sin precedentes a nivel global en tiempos de paz.
Peor que una guerra
Es peor que el impacto de la mayoría de las guerras.
Por ello, "no es ninguna sorpresa que más de cinco millones de personas, alrededor del 15% de la población, hayan abandonado el país desde 2015″.
¿Qué debería hacer Biden con Venezuela?; por @ricardo_hausman y @JoseMoralesA https://t.co/MK4EaQqENT
— Prodavinci (@prodavinci) March 6, 2021
Defensa de la democracia
La administración de Biden ha anunciado una política exterior centrada en torno de la defensa de la democracia.
¿Cómo debería lidiar con Venezuela, considerando que los esfuerzos anteriores para restablecer la democracia y la prosperidad no han dado resultados?
Mi último artículo con @ricardo_hausman para @ProSyn.
Maduro no negocia porque la oposición no tiene que ofrecer que sea preferible a ser un dictador. Cualquier negociación pasa por empeorar los prospectos de la dictadura.https://t.co/VP70ocM2Ys
— José Morales-Arilla (@JoseMoralesA) March 4, 2021
De espaldas a la democracia
El régimen de Venezuela le dio la espalda a la democracia electoral cuando perdió la capacidad de ganar elecciones.
En 2010, la oposición ganó el control de gobiernos locales en los principales estados y ciudades del país, sólo para ver cómo su poder y sus presupuestos se vaciaban.
Estructuras paralelas
El régimen chavista creó estructuras paralelas que eran controladas por el fundador del régimen, Hugo Chávez.
Luego de la muerte de Chávez en 2013, su sucesor, Nicolás Maduro, avanzó aún más.
En 2015, después de que la oposición ganara una mayoría de dos tercios en el Parlamento, la asamblea saliente usó su última sesión para llenar inconstitucionalmente a la Corte Suprema con magistrados afines al régimen.
Luego esta corte luego despojó a la asamblea entrante de sus poderes.
En 2016, la corte también eliminó el derecho constitucional de convocar a un referendo revocatorio del mandato del presidente,.
Y en 2017 autorizó la creación de una asamblea paralela.
Que debe hacer Biden con su política hacia Venezuela? Con @JoseMoralesA escribimos una columna para @ProSyn_Esp. Aquí el vínculo. https://t.co/m0GzAPQTDr https://t.co/UdGF4oVSTf
— Ricardo Hausmann (@ricardo_hausman) March 5, 2021
Con la ruta electoral cerrada, los venezolanos tomaron las calles, lo que derivó en una persecución violenta.
Según la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional, el régimen de Maduro cometió crímenes de lesa humanidad.
Si bien esta presión obligó al gobierno a aceptar negociaciones en tres ocasiones, ninguna trajo el retorno a la democracia.
Las negociaciones fueron lideradas por el Vaticano en 2017, por la República Dominicana en 2018 y por Noruega en 2019.
Negociaciones inútiles
Por el contrario, unos negociadores terminaron exilados, mientras otros, como Fernando Albán en octubre de 2018, terminaron muertos mientras estaban en custodia policial.
Asimismo, al haber perdido tan rotundamente en las urnas, el régimen decidió que nunca más permitiría elecciones competitivas.
La elección presidencial de mayo de 2018 y la elección parlamentaria de diciembre de 2020 fueron tan escandalosamente injustas que la oposición las boicoteó.
Además de esto, la mayoría de las democracias del mundo se negaron a reconocer los resultados.
Reconocimiento a Juan Guaidó
Cuando el mandato de Maduro expiró en enero de 2019, unos 60 países decidieron reconocer a Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional elegida en 2015, como presidente interino.
Ahora que el mandato de esa Asamblea Nacional también ha expirado y no se ha reconocido a la nueva, el problema de legitimidad ha debilitado el respaldo internacional a Guaidó, especialmente en Europa.
My latest @ProSyn op-ed is out. It is on what Biden and the international community should do about Venezuela. It debunks the myth of a trade-off between sanctions and negotiation. In Venezuela sanctions and the issue of recognition are the road to negotiations. https://t.co/XTpMkFrJl6
— Ricardo Hausmann (@ricardo_hausman) March 4, 2021
En este contexto, distintos analistas sostienen que el desempeño catastrófico de la economía venezolana se debe a las sanciones internacionales (no estamos de acuerdo).
En lugar de presión, sostienen, lo que el país necesita son negociaciones.
Esta visión ingenua no entiende lo que sucede.
El problema fundamental en Venezuela es que la camarilla gobernante tiene poco que ganar con una negociación.
Su “mejor alternativa a un acuerdo negociado” (MAAN) es mejor de lo que conseguirían permitiendo elecciones libres y justas.
Las promesas de beneficios futuros, como reglas para el reparto del poder, nunca parecen tan atractivas como un pájaro en mano.
La experiencia de las negociaciones anteriores demuestra que el no-reconocimiento internacional y las sanciones son las únicas fuentes de presión sobre el gobierno.
Esto le impide a Maduro controlar los activos de Venezuela en el exterior.
Ruta a seguir
Por ello, el único camino hacia una negociación es hacer que el status quo sea tan desagradable para la camarilla gobernante que su unidad se desmorone.
Sólo un empeoramiento de su MAAN les dará motivos para negociar.
Ésa es exactamente la estrategia seguida por la comunidad internacional que condujo al acuerdo nuclear iraní de 2015 y al fin del apartheid sudafricano a principios de los años noventa.
El no-reconocimiento y las sanciones son elementos fundamentales de una estrategia para restablecer la democracia en Venezuela.
Para Hausmann, el Gobierno de Biden debe enfocarse en lo siguiente:
"Se deben fortalecer las sanciones haciendo que sean más multilaterales y más agobiantes para la elite".
Añade que estas deben garantizar que no se vean afectados los venezolanos comunes que, en ciertos casos, han salido perjudicados".
Un hallazgo realmente importante! https://t.co/cX2JD3w6Cf
— Ricardo Hausmann (@ricardo_hausman) February 26, 2021
Esto se puede arreglar. Pero es importante recordar dos datos:
Primero, el mayor colapso mundial en la historia de las importaciones de alimentos y medicamentos en algún país del mundo sucedió en Venezuela en 2016
Ello ocurrió antes de las sanciones económicas de la administración Trump.
Segundo, las sanciones obligaron al régimen a abandonar sus esfuerzos por monopolizar el comercio internacional.
La subsiguiente liberalización del tipo de cambio y de los precios hizo aumentar la disponibilidad de alimentos y medicamentos importados, no disminuirlos.
Apoyo internacional a Guaidó
Para fortalecer a la sociedad, la comunidad internacional debe ayudar al gobierno de Guaidó a transferir ayuda, como lo hizo a los trabajadores de la salud en septiembre de 2020.
En esa ocasión logró eludir el bloqueo de Maduro.
Documentos de identidad electrónicos
También existe la tecnología para que el gobierno de Guaidó entregue documentos de identidad electrónicos a los ciudadanos.
Esto privaría al régimen de un mecanismo para despojar a los ciudadanos de sus derechos.
Finalmente, estas tecnologías también podrían ayudar a resolver el problema de la legitimidad.
En diciembre de 2020, la saliente Asamblea Nacional organizó elecciones por Internet, donde los ciudadanos podían votar vía teléfonos inteligentes.
Esta misma tecnología se podría utilizar para elegir a la persona que sería reconocida internacionalmente como el presidente interino de Venezuela.
Esa persona se mantendría en funciones hasta que se logre restablecer la democracia.
Biden decidido
Biden dijo recientemente al G7 que: “La democracia no sucede por accidente. Tenemos que defenderla, pelear por ella, fortalecerla, renovarla”.
Estrategia para Venezuela
En el caso de Venezuela, esto exige una estrategia clara para afligir a los cómodos y reconfortar a los afligidos.
El camino puede ser irregular y empinado, pero, a diferencia de la ruta alternativa –negociaciones sin sanciones-, puede conducir a alguna parte.
Solo queda esperar las próximas decisiones del presidente Biden en relación con Venezuela y el régimen de Maduro.
Fuente: confidencial