El presidente ruso, Vladímir Putin, se disculpó con el primer ministro israelí, Naftali Benet, por los comentarios hechos esta semana por el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, quien aseguró que Adolf Hitler tenía sangre judía.
Apolinar Martínez/El Político
“El primer ministro aceptó la disculpa del presidente Putin por los comentarios de Lavrov y le agradeció haber aclarado la visión del presidente sobre el pueblo judío y la memoria del Holocausto”, señaló en un comunicado la oficina de prensa de Benet.
Las declaraciones de Lavrov, que llegó a afirmar que los peores antisemitas eran judíos, provocaron la reacción del ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, quien calificó esas palabras de "imperdonables e inaceptables", exigió una disculpa a todas las víctimas del Holocausto y convocó al embajador ruso en Israel.
Este cruce de declaraciones ha provocado el momento más tenso en las relaciones entre los dos países desde que comenzó la guerra en Ucrania, sobre la que el Estado israelí ha mantenido una postura tibia para no enturbiar la alianza estratégica que ambas naciones tienen en Siria, por la que Moscú permite a Israel bombardear posiciones de milicias iraníes y de Hizbulá.