El presidente de China, Xi Jinping, y el de Rusia, Vladímir Putin, han mantenido este jueves un encuentro en Samarcanda (Uzbekistán). El primero desde finales de febrero, cuando Rusia comenzó la invasión a Ucrania.
El Político
Si bien Putin ha denunciado los intentos occidentales de crear un “mundo unipolar” y elogiado la “posición equilibrada” de Pekín sobre Ucrania, también ha reconocido la existencia de “preocupaciones” por parte de Rusia.
“Comprendemos vuestras preguntas y preocupaciones”. “Durante el encuentro de hoy, por supuesto explicaremos nuestra postura”, añadió el dictador ruso.
Por qué es importante
Los comentarios de Vladímir Putin son una admisión notable, aunque críptica, de que Pekin puede desaprobar parcialmente la invasión rusa de Ucrania, según comenta The New York Times
Xi y Putin por el liderazgo mundial
Xi dijo que su país está dispuesto a trabajar con Rusia.
“Para asumir su responsabilidad como gran potencia, desempeñar un papel de liderazgo e inyectar estabilidad y energía positiva en un mundo transitado por el caos”, reseña AFP.
En contexto: la Cumbre
El esperado encuentro tuvo lugar en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Un organismo nacido tras la desintegración de la Unión Soviética, centrado en asuntos de seguridad.
De la que son socios, además de Rusia y China, Kazajistán, Uzbekistán, India, Kirguistán, Pakistán y Tayikistán. Putin también le ha reclamado a Xi que refuerce esta institución, según Reuters.
El líder ruso, para quien las puertas europeas se han cerrado, llegó a la cita en el corazón de la ancestral ruta de la seda con la mira apuntando hacia Asia.
Busca el apoyo de Pekín en un momento crítico en el que sus tropas pierden terreno ante el contraataque ucranio y crece la asfixia ante las sanciones internacionales.
Para Xi, el viaje en sí es ya todo un acontecimiento. Forma parte de su primer trayecto al extranjero desde el inicio de la pandemia. Su reacción al encuentro podría servir casi a modo de termómetro de su grado de adhesión al régimen de Putin.
La última vez que ambos mandatarios se citaron, el 4 de febrero, el resultado de la entrevista fue similar a la primera sacudida de un seísmo. Pekín y Moscú suscribieron una declaración en la que cuestionaban el actual marco de relaciones entre potencias mundiales y consagraban una “amistad” que “no tiene límites” ni “áreas prohibidas de cooperación”.
Solo 20 días después, los tanques rusos cruzaron la frontera de Ucrania. Desde entonces, el Gobierno chino ha mantenido una calculada distancia con Moscú, sin prestar apoyo material ni bélico, pero a la vez sin condenar la invasión.
En conclusión
Esta neutralidad escorada hacia Rusia se inclinó la semana pasada aún un poco más. Cuando Li Zhanshu, uno de los más altos funcionarios de la pirámide del poder en China, mostró su apoyo durante una visita oficial a Rusia.
“En cuanto al asunto de Ucrania, por ejemplo, Estados Unidos y la OTAN se están expandiendo directamente a las puertas de Rusia, amenazando la seguridad nacional de Rusia y la vida de los ciudadanos rusos”.
Li Zhanshu es el número tres en el Comité Permanente del Buró Político, máximo órgano del Partido.
Fuente: Agencias