El «gatopardismo» es una paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" y esa lección italiana la está aplicando el ruso Vladimir Putin como una vía para quedarse mandando.
El Político
La actual Constitución rusa, que data de 1993 y que le ha servido a Vladímir Putin para dirigir Rusia 20 años, necesita ser modificada para permitirle seguir mandando más allá de 2024, cuando finaliza su actual mandato.
Una reforma constitucional de calado, con el consiguiente sometimiento al criterio de la ciudadanía, va a ser el procedimiento que emplee Putin para perpetuarse.
La primera medida tras su sorpresivo anuncio de acometer una reforma de la Carta Magna ha sido echar abajo el Gobierno que venía dirigiendo Dmitri Medvédev, decisión que ha caído como una bomba por inesperada.
Fue una renuncia acordada. El primer ministro saliente, Dmitri Medvédev, entiende que su dimisión y la de su Ejecutivo es necesaria, ya que las reformas que promueve Putin «modificarán los equilibrios entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial».
Sustituir el actual Ejecutivo de Medvédev por otro antes de llevar a cabo los cambios constitucionales parece facilitar los procesos a Putin, pero se prevé que habrá enroques para que su equipo quede contento y no se convierta en su enemigo.
Putin va a nombrar aMedvédev en el número dos del Consejo de Seguridad podría hacer falta cambiar la ley y, en tal caso, afirmó, «pediré colaboración a los diputados».
Dijo también que «el Consejo de Estado debe aparecer tipificado en la nueva Constitución», pero tampoco aclaró si tendrá la misma composición que el Consejo de Seguridad y cuáles serán su funciones y prerrogativas, consultivas o ejecutivas. Tampoco se sabe el papel que desempeñaría Medvédev.
Aparecen las voces opositoras
Putin no pronunció ayer la palabra referéndum. Habló de «consulta» a la ciudadanía para aprobar las enmiendas a la Constitución. Sin embargo, el opositor Alexéi Navalni no descarta que esa consulta no pase de ser un mero sondeo o se realice por «votación electrónica» u otro método que permita, a su juicio, «una fácil manipulación».
Ella Pamfilova, presidenta de la Comisión Electoral Central, afirmó que los cambios deberán estar ultimados antes de acabar 2020 y dejó caer que las legislativas previstas para el otoño de 2021 podrían adelantarse, sin dar fecha. Tampoco desveló si se anticiparían las presidenciales de 2024.
Putin, como siempre, prefiere hacer las cosas a su manera, desde un punto de vista jurídico no hace falta la reforma constitucional lanzada por Putin y los cambios previstos en la estructura y atribuciones del Gobierno, Parlamento y órganos de Justicia si la actual Carta Magna, aprobada en 1993, ya que la legislación existente establece mecanismos claros y efectivos. Pero el mandatario necesita una estructura legal que pueda permitir su permanencia en el poder cuando, tras 2024, no le queden más mandatos.
De lograr sus objetivos, Putin será el mandatario ruso con mas años en el poder después de Stalin.