Como si una especie de maldición les persiguiera, Serbia y Kosovo, que formaron parte de la extinta Yugoslavia, vuelven a estar a las puertas de un nuevo conflicto. Con la particularidad que esta vez si está el verdadero diablo con ganas de meterse directamente en la pelea: Vladímir Putin.
El Político
El dictador, ruso, ha visto claramente que esta situación le creará nuevas dificultades a la Unión Europea. Por lo que anunció que apoya sin reservas a Serbia. Mientras califica como "irrazonables" las demandas de Kosovo. En el marco del incremento de las tensiones entre ambos territorios.
El ministro de la Defensa ruso, Peskov, incluso instó a los países que reconocen la independencia de Kosovo, a que hagan uso de "toda su influencia" para "advertir" a las autoridades kosovares de que la toma de "decisiones imprudentes" pueden derivar en "una mayor escalada de la tensión".
Serbia cree que Kosovo es suyo
Kosovo es considerado por Serbia como la cuna histórica del pueblo serbio. Aunque su población actual es
Durante la existencia de Yugoslavia, aunque pertenecía a la República Socialista de Serbia, gozó de una creciente autonomía y de una representación propia en las instituciones federales, como Provincia autónoma socialista de Kosovo.
Esta autonomía fue suprimida en 1989 por el gobierno serbio de Slobodan Milošević. Que asumió su representación en las instituciones federales.
Después de varios años de disputas y negociaciones, declaró su independencia unilateralmente el 17 de febrero de 2008. La cual es reconocida por unos 95 países, incluidos los Estados Unidos y la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea. Pero no por Serbia.
Unión Europea busca la paz entre Serbia y Kosovo
Este jueves se reunieron Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, con el presidente serbio, Alexander Vucic, y el primer ministro kosovar, Albin Kurdi. La cita concluyó sin acuerdo.
"[La escalada] llega en un momento crítico para Europa. Con la invasión rusa a Ucrania hemos visto el regreso de la guerra a nuestro continente. Por ello, no es el momento de añadir tensiones adicionales, sino de encontrar soluciones a problemas enquistados", aseguró el jefe de la diplomacia europea durante la rueda de prensa posterior.
El diálogo continuará en los próximos días, pero el nerviosismo aumenta en el seno europeo ante nuevos focos de tensión en sus fronteras. Borrell insistió que "no se rinde".
"No es el fin de la historia. Hay tiempo hasta el 1 se septiembre. No me rindo", avanzó Borrell.
Sin embargo, apenas dio detalles de en qué formato y bajo qué calendario se producirá este diálogo cuyo peor enemigo es el tiempo.
La guerra de las matrículas
El tiempo apremia. Este 1 de septiembre la conocida como "guerra de las matrículas" amenaza con volver a reactivarse.
Cada vez que un vehículo con matrícula de Kosovo debe viajar a fuera del territorio, debe revisar si el país por el que va a circular lo reconoce o no. En el caso de que lo reconozcan como estado independiente, pueden utilizar su matrícula habitual.
La situación se complica si el vehículo debe circular por un estado que no reconoce a Kosovo (incluida Serbia). En dicho caso, la matrícula mostrada más arriba no es válida. En cuyo caso debe utilizarse la matrícula establecida por la ONU en 1999, conocida como matrícula neutral.
Este segundo tipo de matrícula no se utiliza como matrícula habitual desde el 2011. Solamente se utiliza para viajar por Serbia o el extranjero.
Restan solo dos semanas para que entre en vigor la legislación kosovar que sustituye el documento de identidad y las matrículas serbias por otras kosovares en sus puestos fronterizos. La medida ha sido pospuesta en varias ocasiones. La última a comienzos de agosto.
De aprobarse desataría una nueva tensión, con consecuencias impredecibles, en el norte kosovar. Lo que ya ha empujado a la OTAN a pronunciarse asegurando que está dispuesta a intervenir para garantizar la estabilidad.
Fuente: Agencias