Mientras Nayib Bukele, actual presidente de El Salvador, avanza hacia una eventual relección inmediata, organizaciones de oposición continúan demandando que se anule la candidatura del mandatario.
El Político
En los últimos días, partidos de diversas tendencias han recurrido al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para pedir al organismo que deje sin efecto el fallo presentado el 03 de noviembre.
Ese día, los magistrados del TSE admitieron la inscripción de Nayib Bukele como aspirante presidencial. La sentencia allana el camino para que el gobernante compita en los comicios de 2024.
Desde las trincheras opositoras creen, sin embargo, que la resolución transgrede la Constitución salvadoreña. Los adversarios de Bukele argumentan que la Carta Magna no contempla la reelección de forma inmediata.
Por tal motivo, partidos como la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y Nuestro Tiempo (NT) presentaron recursos ante el TSE, exigiendo que se desestime la aspiración de Bukele, quien luce como favorito de cara a las presidenciales.
Aunque la Constitución de El Salvador establece que, tras concluir su quinquenio, un presidente no puede postularse para la reelección, un fallo del Tribunal Constitucional dio lugar a una una excepción que favorece al jefe de Estado.
En 2021, la Corte dictaminó que si Nayib Bukele renuncia al cargo seis meses antes de culminar su periodo, la dimisión le habilita para presentarse como candidato en la votación inmediatamente posterior.
Por ende, el plan de Bukele es gobernar hasta el venidero 01 de diciembre. Ese día, salvo seña en contrario, abandonaría el Ejecutivo, dejándolo en manos de Félix Ulloa, actual vicepresidente.
Para sacar adelante la controvertida estrategia, el jefe de Estado salvadoreño deberá esgrimir razones de peso, que serán sometidas a la consideración del pleno de la Asamblea Legislativa.
La autorización de la renuncia no debería representar más que un trámite para Nayib Bukele, cuyo partido, el oficialista Nuevas Ideas (NI), controla de manera cómoda el poder Legislativo.