Con base en la invención del ingeniero sueco Ernst Waldemar Jungner, quien patentó por primera vez una batería de níquel-hierro en 1899, pocos años después el también inventor (estadounidense) Thomas Alva Edison escaló su desarrollo para adaptarla a su uso en autos eléctricos.
El Político
Transcurrido un siglo y dos décadas, el articulista Allison Hirschlag de BBC Future se pregunta si sería posible que los principios que sirvieron para diseñar el artefacto sirvan en esta fecha para revolucionar la producción energética planetaria.
El contenido del artículo lo replica el sitio digital Yahoo! Finanzas. Con el uso de algunos recursos literarios, Hirsclag entinta que en un camino de ripio en West Orange, Nueva Jersey un auto eléctrico pasó cerca de unos transeúntes. Todos quedaron totalmente atónitos al notar lo espacioso que resultaba su interior.
Además, la velocidad de desplazamiento del vehículo doblaba la de los vehículos a la sazón más convencionales. Relata: “Levantando el polvo de la calle que, tal vez, les hizo cosquillas en la nariz a los caballos que tiraban de los carruajes. Era principios del siglo XX y el conductor de este particular automóvil era Thomas Edison”.
A classic quote to remember the inspiration he always brought! Love you Dad – love all three sons & step wife pic.twitter.com/zMHhTC2eXC
— Thomas Alva Edison (@EdisonT1847) April 11, 2016
Batería más eficiente para la Ford Motors
La publicación comenta que si bien los autos eléctricos no eran una novedad, la mayoría de ellos dependían de pesadas y voluminosas baterías de plomo y ácido. Sin embargo Edison había equipado su auto con un nuevo tipo de batería. Y con ello se proponía que pronto los vehículos de todo el país usaran su invención de la batería de níquel-hierro.
Al presentarla públicamente sostuvo que la misma resultaba increíblemente resistente. Y que además podía recargarse con una rapidez dos veces mayor que las baterías convencionales de plomo y ácido.
Edison logró establecer un acuerdo con la firma fabricante automotriz Ford Motors para producir el vehículo eléctrico en apariencia más eficiente. Pero se presentaron algunas dificultades. Y entre ellas, fue que la batería resultó ser aún más grande que las de plomo y ácido. Además su adquisición resultaría mucho más onerosa. Y para colmo, su invención liberaba hidrógeno a la atmósfera, que además de preocupante resultaba riesgoso para la salud y la seguridad.
Desarrollo tecnológico inconcluso
Desafortunadamente cuando Edison logró construir su prototipo mejorado, los vehículos eléctricos comenzaron a sustituirse por los autos propulsados por combustibles fósiles. Y que eran capaces de hacer recorridos más largos sin necesidad de detenerse para recargar energía.
De esta manera el contrato de Edison con Ford Motors quedó inconcluso. Empero, su invención continuó empleándose en la señalización de ferrocarriles, donde su voluminoso tamaño no fue un obstáculo.
Fuentes: BBC Future / Yahoo! Finanzas