El fabricante de juguetes Eric Poses inventó un juego de cartas el año pasado llamado The Worst-Case Scenario (En El Peor De Los Casos), una irónica referencia al impacto que tuvo el coronavirus en la vida de todos.
El Político
Y no tenía idea de lo que se venía.
En un giro que Poses jamás vislumbró, el mismo juego se vería afectado por las consecuencias de la pandemia: Un atraso en la cadena de suministros que generó todo tipo de demoras e hizo subir por las nubes los precios de los cargamentos, reportó AP.
Juguetes Eric Poses
Se suponía que Worst-Case Scenario llegaría a las tiendas de la cadena estadounidense Target a principios de junio. El cargamento, sin embargo, estuvo varado semanas en el puerto de Seattle y fue liberado recién a mediados de julio.
“Haces todo bien”, dijo Poses. “Lo produces a tiempo. Te entusiasmas con tu producto”.
Hasta que se produce un desastre imposible de anticipar.
Igual que tantos importadores, Poses hace frente a una tormenta perfecta que entorpece la llegada de las importaciones: Los costos suben, los puertos están abrumados, hay escasez de barcos, trenes y camiones de carga. Y todo esto puede durar hasta entrado el 2022.
De China a EEUU
Ahora Poses reconsidera una decisión que tomó hace cinco años: La de trasladar su operación de Estados Unidos a China para abaratar costos.
Al final de cuentas, tal vez sea mejor producir en la región, incluso en México, si no en Estados Unidos, para protegerse del riesgo que implica depender de fábricas del otro lado de un océano, en China.
“Estoy dispuesto a sacrificar un poco de ganancias”, expresó, “si eso reduce la ansiedad”.
Empresas de China
Las empresas temen asimismo quedar en el medio del fuego cruzado de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La disputa comenzó cuando el presidente Donald Trump decidió aplicar tarifas a las importaciones chinas por valor de 360.000 millones de dólares en respuesta a los esfuerzos de Beijing por hacer frente al dominio tecnológico estadounidense. El sucesor de Trump, Joe Biden, no muestra apuro alguno por buscar la paz.
Durante décadas, las empresas estadounidenses aumentaron sus ganancias trasladando sus operaciones a China y otros países donde se paga a los empleados menos que en Estados Unidos. También bajaron sus costos reduciendo al mínimo sus inventarios.